Por Carlos Clemente
El pasado lunes 4 de julio, el gobernador Barbosa desde la mañanera abrió el juego sucesorio de la gubernatura; demasiado prematuro pensaron algunos cuando faltan dos años para las elecciones.
Su argumento fue evitar una ventaja para aquellos que llevan años haciendo campaña, refiriéndose al senador Alejandro Armenta y al diputado federal Ignacio Mier.
“Pero si quiero decir a todas las gentes de mi gobierno y quienes no sean de mi gobierno, que ya expresen de manera pública si tienen aspiraciones, si no, la ventaja que están tomando quienes ya están haciendo propaganda para este fin, es una ventaja que parece no correcta”, expuso.
Impulsados por su jefe, levantaron la mano Melitón Lozano, Olivia Salomón y Gabriel Biestro, integrantes de su gabinete y, Sergio Salomón Céspedes, diputado y líder del Congreso del Estado.
Las corcholatas barbosistas empezaron a recorrer el estado, a sostener reuniones, a “escuchar a los poblanos”, dicen ellos.
Activaron su agenda mediática para mayor exposición, crearon programas para justificar actos públicos con auditorios numerosos y se les empezó a ver entregando diplomas, pintura, inaugurando ferias, coronando reinas, todo suma para su objetivo político.
Y claro está, la promoción de su imagen la realizan desde su posición de secretarios del gobierno del estado, y en calidad de presidente del poder Legislativo, con todo lo que ello implica.
No nos hagamos ni nos quieran ver la cara de tontos, porque no lo somos. Todo desde su posición de poder y con la venia de quien detenta el poder en la entidad.
Así ha sido en anteriores gobiernos, hay que decirlo. La promoción personal desde el cargo público.
En consecuencia, llama la atención el gran descontento que genera en el gobernador los destapes del diputado federal Ignacio Mier y del alcalde Eduardo Rivera, este último ocurrido el fin de semana.
Con evidente enojo, denunció actos anticipados de campaña del panista Rivera Pérez, por lo que a partir de ahora ya no lo acompañará en actos públicos, anunció.
Marko Cortés y Augusta Díaz de Rivera (la yunquista promiscua, le llamó) lo pusieron en un papel ilegal y el alcalde se dejó, afirmó.
Cuestionó que vaya a recorrer el estado, cuando primero debería recorrer las juntas auxiliares de Puebla capital.
Acaso el mandatario también dejará de acompañar a sus tres secretarios y al presidente del Congreso local, a los actos oficiales.
Al senador Armenta, pese al activismo que trae en toda la entidad, el mandatario no lo toca. Traen acuerdos de alto nivel.
Melitón Lozano, regaló playeras con su nombre en graduaciones escolares, entregó pintura y libros a escuelas en eventos multitudinarios, ofreció una conferencia de superación personal y se reunió con alcaldes de la Mixteca.
Olivia Salomón, promueve el programa de emprendimiento profesional digital Mujer es Poder, se reúne con mujeres en todo el estado, incluso en domingo. Qué trabajadora.
Sergio Salomón recorrió la Sierra Nororiental, cobijado por alcaldes y diputados, sostuvo encuentros con transportistas, ejidatarios, trabajadores de la pirotecnia, materialistas, maquileros y redes de mujeres.
“Estoy recolectando sus peticiones para trabajar en ellas y lograr plasmarlas en la agenda legislativa”, aseguró. Ajá.
De Biestro, mejor ni hablamos.
Para el Ejecutivo aquí no hay ilegalidad, ni promoción personalizada ni actos anticipados.
El mensaje de Barbosa es claro y contundente: “hágase la ley en los bueyes de mi compadre”.
Adelantados los tiempos sucesorios, lo lamentable es que se ha desatado el golpeteo político, algo que innegablemente distrae –y mucho- al mandatario de la agenda de gobierno, de la agenda de los ciudadanos. @DiarioReporter