Por Alberto Pacheco
Diversos autores definen a la discapacidad física, como aquellas personas que presentan una disminución importante en la capacidad de movimiento de una o varias partes del cuerpo. Puede referirse a la disminución o incoordinación del movimiento, trastornos en el tono muscular o trastornos del equilibrio.
Y ¿a qué viene todo esto? Al hecho de que hoy, en nombre de la inclusión, tenemos a diversas autoridades, hombres y mujeres que con harto visibles y muy limitantes discapacidades físicas, ocupan puestos muy relevantes de poder y decisión, el más notorio de todos, por supuesto, el gobernador de nuestro Estado, Miguel Barbosa Huerta.
Miguel Barbosa, no solo ha padecido desde hace muchos años de obesidad (quizá toda su vida), sino que por complicaciones de la misma (diabetes muy probablemente), llegó a un punto tal, que perdió una de sus extremidades inferiores, total o parcialmente, pero la perdió.
Algo que a cualquier individuo limitaría sin lugar a dudas, independientemente de que hoy en día, existan prótesis de alta tecnología que permiten a las personas, llevar una vida hasta cierto punto normal, dependiendo de circunstancias como edad y estado físico, binomio que faltaba más, no le favorece en nada a nuestro gobernador, pues además de ser una persona mayor, sigue padeciendo de obesidad.
Encima, debemos añadir las complicaciones que se desarrollan con tal padecimiento, como; daños severos en los riñones, ante lo que deben llevar tratamientos como diálisis o hemodiálisis, pérdida progresiva de la vista y además, cambios severos en el estado de ánimo y carácter, situación más que visible en el gobernador, pues basta con ver lo iracundo que reacciona a la menor provocación o cómo trata a reporteros o incluso miembros de su gabinete , que sin reparo alguno, exhibe cual capataz de hacienda, es decir, sin respeto alguno por la dignidad de nadie.
Lo anterior no tiene bajo ninguna circunstancia, la finalidad de denostar o denigrar a ninguna persona que padezca tales enfermedades que, por cierto, son mucho muy comunes en México debido a los muy malos hábitos alimenticios y el sedentarismo.
No obstante, la discapacidad tan ponderante en una autoridad de gobierno no es cosa menor, porque ante los tremendos retos que enfrentamos como sociedad, necesitamos sí o sí, líderes en pleno uso de sus facultades mentales y físicas, pues los problemas no dan tregua alguna.
Autoridades que puedan estar sin pretexto alguno en el lugar adónde suceden las cosas, analizando de forma crítica, evaluando y tomando decisiones basadas en datos duros y evidencias concretas.
O ¿creen que es casualidad que con nuestro Estado cayendo en picada a nivel económico, cada vez más paupérrimo, precario y sin empleos de calidad, sea la Secretaria de Economía Olivia Salomón, una de las consentidas del gobernador? ¡claro que no! le han vendido la idea de que el trabajo de la Secretaria es estupendo y vamos requeté bien y él, se la ha comido todita…la mentira claro.
Lamentablemente la situación que atraviesa el gobernador a nivel físico y de salud, le impide comprobar la veracidad de los hechos, de ver claramente las grandes mentiras que le vierten un día sí y al otro también y es que, a menos de que nuestro gobernador sea un místico, gobernar desde una silla, sin ver, tocar y caminar, es un acto sumamente temerario.
Vale la pena preguntarnos, ¿qué pasaría ante un desastre natural de consideración? ¿podría el gobernador asumir el liderazgo necesario, ir al lugar, recorrerlo, escuchar de primera mano a los afectados, evaluar por sí mismo la magnitud de los daños para que no lo engañen los buitres de siempre?
¿Por qué Puebla se ha convertido en un rastro humano? Adónde las masacres están a la orden del día, los cuerpos tirados a lo largo y ancho de nuestro territorio, las desapariciones, el crimen tocando puntos máximos
¿Por qué las y los alcaldes disque alineados al mandatario, realmente solo lo hacen para seguir haciendo sus pillerías a sus anchas? Ya que como alguno de ellos comentó a quien esto escribe “todo está hecho un desmadre, todos hacen lo que quieren y a todos les vale madre”.
Así es, porque tenemos a un gobernador completamente limitado por su misma condición física y superado por las circunstancias que cohabitan en Puebla, aunque sus plumas afines y empleados que comen de él o hacen negocios a costa de mentirle, defiendan o promuevan una salud, que muy notoriamente ya no tiene nuestro mandatario.
Y es que, señalar que existen discapacidades que generan incapacidad no es discriminación, mucho menos, cuando esta incapacidad le pega como bate de béisbol a la integridad, desarrollo y sueños de millones de personas.
El gobernador quiere, pero no puede y eso que no puede dar, se lo pide a otros que tampoco pueden, porque no quieren y, en consecuencia, Puebla arde, Puebla se cae a pedazos y el gobernador nadando entre mentiras que se cree y verdades que rechaza…Pobre Puebla, pobres poblanos o mejor dicho…que ingenuos.
Nos vemos cuando nos leamos. @DiarioReporter
Su análisis es ofensivo para toda persona que vive con una discapacidad, las circunstancias varían y no puede generalizar.
El gobernador ha dado respuesta contundente, eficaz y oportuna a los desastres ocurridos como Grace (natural) y la explosión en San Pablo (humano). Creo que le ciega su ira.