Por: Jesús Ramos
Un político no es abnegado ni humilde, un político es egoísta, individualista y hasta desagradecido. En tiempos electorales son generosos, bromistas y afables, pero después de las campañas, se mudan al terreno de la arrogancia para subirse a un ladrillo.
La ausencia de liderazgos de arrastre y auténtica convicción es el grave problema por el que atraviesan todos los partidos políticos opositores tanto locales como nacionales. Y de ello, se ha burlado en varias ocasiones el propio Presidente: “dígame uno, denme un nombre”, ha retado a los de enfrente.
Por respuesta, el silencio. Bueno, los panistas de plano fueron al diván por Diego Fernández de Cevallos y lo desempolvaron para que los defienda de los ataques de AMLO. Y el oaxaqueño Ulises Ruiz, dio por concluido su lustro sabático al comprobar que “Alito” es más chambelán del Presidente que opositor.
No hay. Es la verdad. Marko Cortes, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano no dan la talla de lo que el país necesita para infundir miedo o, cuando menos, respeto a un Andrés Manuel López Obrador que avasalla la agenda mediática nacional, y que por carecer de contrincantes hace lo que le viene en gana.
¿Qué nos ofrece el PAN estatal en su protagónico de oposición? Una Genoveva Huerta que desde su arribo a la dirigencia ha invertido mayor tiempo en guerrear con los opositores internos que en diseñar y construir un auténtico movimiento de derecha.
Ha sido más hostil con los de su partido que con el Ejecutivo y Morena.
Cero contraste y crítica a Barbosa, y al no hacerle observaciones, se entiende que está de acuerdo en el manejo que dio a la pandemia, en la seguridad que nos brinda, en el vacío de obra pública y en su incipiente combate a la corrupción.
Ana Teresa Aranda es una mujer que impone, de carácter e inteligencia probada, le sobran argumentos para ser líder, de todo eso carecen Genoveva y Augusta Díaz de Rivera.
Ninguna de ellas infundirá respeto a Barbosa, a Morena, al PT o al Verde. Genoveva no lo hizo antes y se antoja difícil que lo haga en un segundo chance. Augusta, su mayor mérito político fue llamar “estúpido” a Fernández Noroña en la Cámara de Diputados un día que nadie recuerda del año 2011, adjetivo en el que muchos mexicanos de por sí coinciden.
Genoveva y Augusta quedaron marcadas el día de su registro como aspirantes a dirigir su partido, el PAN estatal, al permitir que Jorge Aguilar Chedraui le impusiera a Clemente Gómez Medina como fórmula a la primera de ellas. Y Eduardo Rivera Pérez, le incrustara a la segunda a Marcos Castro para la Secretaría General, detrás de sus liderazgos, gane quien gane, ellas mismas han anunciado el strike, recibirán instrucciones, sea del exsecretario de Salud o del candidato de Barbosa. @DiarioReport