Por Jesús Ramos
Tiene razón Genoveva al afirmar que en el PAN hay sólo de dos sopas para la gubernatura de Puebla. La suya. Y la de Lalo. Similar menú al de Morena con Alejandro y Nacho.
Javier Lozano como Olivia, Melitón, Gabriel y Sergio en el barbosismo son políticos de reparto, necesarios para el entretenimiento, aunque sin mayor trascendencia en la decisión final.
A mano alzada Ana Tere, el Tigre y Fraile pidieron ser tomados en cuenta para el 24. Pero la verdad, es que su relación con Marko Cortés es bastante mala tirándole a terrible.
Ana Tere pudo regresar a Acción Nacional tras lograr el perdón de Marko, sin embargo, una vez adentro y con la diputación federal en el bolso, respaldó a Adriana Dávila para la dirigencia nacional dándole la espalda a Cortés.
Suena fuerte, pero de traidora no la baja. Difícilmente pasará la aduana del Comité Ejecutivo Nacional de su partido para ser considerada aspirante al gobierno poblano.
El Tigre fue enviado a perder al distrito 10 de San Pedro Cholula en los comicios pasados. Marko le expulsó de la ciudad capital, donde el PAN tiene músculo, en claro mensaje de desdén.
Logró ser legislador federal de milagro. La ola azul que arrolló a Morena en la ciudad de Puebla y municipios conurbados le puso en la cresta llevándole a la victoria.
Fraile jamás fue considerado en las listas de candidatos a diputados locales o federales. Es un personaje histórico en el PAN, aunque no valorado ni por los de aquí ni por el CEN. Pudo ser alcalde de San Andrés Cholula, pero Lalo Rivera se encargó de dinamitarle la posibilidad, prefirió a Tlatehui.
Se sabe que Paco fue impulsado por Genoveva para tal cargo y desbarrancado por aquel muchacho al que le dio la mano, en sus inicios, y le enseñó mucho de lo que sabe en desempeño político.
A la fecha sólo son dos panistas a los que Marko Cortés les pidió destaparse y moverse para ser considerados candidatos a gobernador. Genoveva. Y Lalo. Con ellos dos obtiene la dupla decisiva en asuntos de género.
Ella acató la instrucción de su líder nacional de inmediato. Quiero, dijo, y desde entonces recorre el estado con el pretexto de la elección de consejeros estatales y renovación de comités municipales del PAN.
Él tuvo miedo el 13 de agosto, fecha que le exigió Marko destaparse. Reculó a la hora buena y en el Salón Nubia de Zavaleta en vez de decir me apunto para relevar a Barbosa, pidió unidad a sabiendas que será imposible por incumplir las posiciones que debió entregar en su ayuntamiento al panismo morenovallista. @DiarioReporter