Por Jesús Ramos
Morena se perredizará de manera natural cuando Miguel Barbosa y Agustín Guerrero inicien la administración de ese movimiento en los próximos días.
Perredizarse, lo conjugan como algo muy malo. Como cena de negros. Como partido sin normas ni reglas. Completamente anárquico. Más bien, cuando se perredice, lo que debe hacer la nueva gerencia será lo que no ha hecho desde el gobierno del estado: política y conciliación.
Barbosa y Agustín son representantes de esas tribus perredistas que armaban desbarajuste y medio en el partido del sol azteca y en la Universidad Nacional Autónoma de México en décadas pasadas.
No dude que ellos serán administradores. La convocatoria la hizo Morena nacional exprofeso para que el gobernador asuma el control del partido. Y si falla, es porque de plano él y su consejero político son operadores terribles.
Don Jorge Méndez, Rosa Márquez, Armando Méndez, Ricardo Jiménez, Adolfo González Zamora y Guadalupe Sánchez no son diferentes a Barbosa ni a Agustín, son políticos apasionados, no se arredran ni se achican, accionan y se manifiestan.
Fueron perredistas todos ellos como lo fueron el mandatario y el asesor Guerrero. Citar peyorativamente la perredización me parece un desatino. Morena es eso desde hace tiempo, miren su espíritu nacional y local. Observen detenidamente a López Obrador.
Recibe un cachetadón de antología el legislador Fernando Sánchez Sasia, sabroso, tronado, épico y con toda la palma extendida de don Jorge Méndez, y las chicas del clima se apanican, ponen el grito en el cielo, se rasgan las medias.
Morena corre el riesgo de perredizarse. Lo que le pasó a Sánchez Sasia el sábado pasado en un evento de Claudia Sheinbaum es actitud y conducta manifiesta de las tribus del PRD. Ese es su ADN. Son violentas, no oyen razones como Gabino Barrera andando en la borrachera.
Tranquilas.
Es la antesala de lo que ocurrirá en las asambleas distritales de Morena, vaticinan catastrofistas. Reventarán la renovación del Movimiento de Regeneración Nacional en Puebla y pasará lo mismo que pasó antes, enviarán una dirigencia provisional.
Confíen chicas. Nadie le echará a perder la fiesta a Barbosa ni le estropearán su nuevo juguete.
Respiren hondo, profundo, cálmense. Eso no ocurrirá. Si por alguna razón hubiera desmanes en uno o más distritos, la convocatoria dice que organizarán nuevamente la elección de consejeros distritales a la semana siguiente. Y así, hasta que seleccionen en dos, tres, cuatro o más intentos a los consejeros restantes.
De tal suerte que la acarreada del 30 de julio puede repetirla el gobernador y los alcaldes del PRI, PAN y el resto de los partidos que le ayuden las veces que sean necesarias.
Una vez que estén completos los 150 consejeros distritales de Morena, Agustín Guerrero será ungido dirigente. Y cuando eso se concrete, él y Barbosa habrán perredizado en Puebla el movimiento de Andrés Manuel. @DiarioReporter