Por Carlos Clemente
La integración del gabinete que asumirá el gobierno municipal de la capital de Puebla, justamente en una semana, se quedó corta para las altas expectativas que hay en los círculos sociales, políticos y económicos en torno al proyecto denominado Eduardo Rivera Pérez.
Si como él mismo ha confesado en su primer círculo, que el gobierno municipal es la aduana para posicionarse en la antesala del 2024 y buscar la gubernatura del estado, sin duda que empezó con el pie izquierdo.
Lejos de perfilar un gabinete a la altura de los desafíos que presenta la angelópolis, en las deplorables condiciones que se encuentra tras el paso del huracán “Claudia” categoría 4T, el alcalde electo optó por un equipo, si bien profesional y con experiencia, pero con visión aldeana, corta para los objetivos que pretende.
Sin un atisbo de la experiencia acumulada como líder estatal del PAN, legislador local y federal, alcalde de una de las 10 ciudades más importantes del país, guerrero de mil batallas políticas y miembro conspicuo de la vela perpetua, simplemente no vimos nada de esa sabiduría acumulada.
El equipo presentado ayer muy temprano, apenas representa los intereses de unas contadas familias, los mismos apellidos de siempre, los mismos funcionarios reciclados que lo acompañaron en su primera experiencia en el periodo 2011-2014, con calificaciones apenas de “panzazo”.
Son los mismos que le acompañaron cuando fue sancionado por el Congreso del Estado al acreditar la Auditoría Superior del Estado (ASE) un daño patrimonial por más de 25 millones de pesos.
¿Con esa alineación pretende “Corregir el rumbo de Puebla?
En el reportaje publicado el 15 de septiembre pasado en @DiarioReporter “La misión del Yunque en Puebla”, le contamos que con Eduardo Rivera Pérez a la cabeza, la organización pretende reevangelizar el ayuntamiento e ir por el gobierno estatal con sus discípulos más recalcitrantes y conservadores.
Ayer se confirmó la versión que le adelantamos, “con funcionarios yunquistas pretenden devolver a Puebla la imagen de ciudad conservadora y jamás volver a promover el aborto y las bodas gay desde la comuna”.
Menudos retos le aguardan a partir del día 15 de octubre: una ciudad insegura con más de un millón 692 mil habitantes, donde los asaltos al transporte público y robos con violencia son el pan de cada día; ambulantaje, más de tres mil comerciantes informales que han tomado el centro histórico por asalto.
Reactivación económica y empleo, tras la pandemia no hay una sólida estrategia en la capital poblana donde han cerrado mil 500 negocios en los últimos meses; bacheo urgente, las calles y avenidas están destrozadas en toda la ciudad.
Rezago social en las 17 juntas auxiliares; la prostitución, desbordada en el primer cuadro del centro histórico; entre otros, son los principales retos a atender de manera inmediata si desea generar en la sociedad una percepción de cambio.
En el mediano plazo Rivera Pérez tiene otros desafíos, colocar a Puebla en la mira del escenario nacional como centro de desarrollo económico, de innovación científica y tecnológica y motor de cambio con sustentabilidad.
El tiempo apremia y no hay margen de error. Eduardo Rivera deberá construirse un perfil realmente competitivo que le permita transitar por el sinuoso camino hacia el 2024. De inicio, se quedó corto.
Veremos de qué está hecho. @DiarioReporter