Por Jesús Ramos
Eso que llaman barbosismo fue toda una tragedia para Puebla. Si los diputados del Congreso del Estado actuaran con honestidad, cada integrante del gabinete que acudiera a comparecer tendría que salir de ahí vapuleado y con la cola entre las patas.
Los gobiernos no producen riqueza, lo que deberían producir son logros y buena inversión de las contribuciones nuestras en servicios públicos, obras y seguridad, educación por supuesto, servicios de salud.
Y toda esa producción de cosas buenas pueden lograrse empleando recompensas y castigos, decía Sartori y Bentham. A un empleado le regaña el jefe si no da resultados. Le despide incluso. Con el funcionario público tendría que pasar lo mismo.
Si el funcionario es maleta, ineficiente pues, los legisladores poblanos tendrían que decírselo, en teoría para eso son las comparecencias, cuestionarle, exigirle resultados, ponerles contra las cuerdas como a los boxeadores e incluso proponer al Ejecutivo su remoción.
Daniel Cruz Luna, secretario de Seguridad, falseó el informe de la emboscada a los indígenas de Coyomeapan a manos de la Policía Estatal. Se le desbordó la inseguridad en el Estado, crímenes y delitos tienen a nuestro llano en llamas.
Las preguntas de los legisladores para él fueron tersas, a modo, suaves, de cuates. Puebla, Tehuacán, Huauchinango, Zacatlán, Chignahuapan, Tecamachalco, las Cholulas hierven en homicidios dolosos, desaparecidos y robos.
Pero el de Seguridad no es el único en entregar malas cuentas y mostrar su ineficiencia, en general, mujeres y hombres que integraron el gabinete de Barbosa fueron un auténtico desastre.
Tremendo meteoro que impactó Puebla todos ellos. Nos dejaron en una situación de jodidez apocalíptica. Más unos que otros. Pero todos, contribuyeron de una y mil maneras en tan terrible desolación y desesperanza.
Un mandatario falleció en uno de los hospitales más importantes de Puebla por la carencia del equipo necesario e instrumental adecuado, aunado a la falta de especialistas en cardiología, pero de eso no le preguntaron los legisladores al titular José Antonio Martínez.
Por la muerte del influyente difunto hoy sabemos que el sistema hospitalario poblano está de la refregada. Si no pudieron salvarle a él qué podemos esperar nosotros los mortales si aterrizamos en situación grave en los nosocomios del Estado.
Julio Huerta tendría que desempeñar más labor de gobierno que de política partidista y electoral. Coyomeapan y Cuyoaco son gobiernos autónomos, sus problemas poselectorales jamás fueron resueltos.
Las dinámicas municipales de Tehuacán, San Pedro Cholula, Texmelucan, Zacatlán y de varios municipios de la mixteca son fracasadas, incluso, alcaldes se han visto involucrados en asesinatos y crimen organizado. Pero Julio, invierte sus jornadas laborales en política y aspiraciones futuras, algo que a los diputados no les aflige.
Esta semana tocará turno a las responsables de Igualdad Sustantiva, Medio Ambiente, Finanzas y Economía ampliar el Cuarto Informe de Barbosa, un informe distante de esa realidad que tiene a Puebla con la rodilla en la cara en feminicidios, desaparecidos, inseguridad, economía y gobernabilidad. Dios nos ampare porque a los legisladores les valemos. @DiarioReporter