Por: Jesús Ramos
Es grave la crisis de desaparecidos por la que atraviesa Puebla. Y me parece, que el gobierno estatal y la sociedad ya la normalizamos. Lo lamentable es que ni el primero se aplica para detener este fenómeno criminal ni nosotros le exigimos que lo haga.
Nada más para dimensionar la gravedad del asunto. Si recopiláramos las desapariciones de personas desde los sexenios de Mariano Piña Olaya, Manuel Bartlett, Melquiades Morales, Mario Marín y Rafael Moreno Valle, ni así lograríamos igualar la cantidad de desaparecidos de Miguel Barbosa.
Son más de 4 mil poblanos desaparecidos en los dos años y cinco meses que este señor lleva al frente del gobierno poblano. Y si el corte en ese rubro está en semejante situación, cuando abandone el puesto su gran total será de horror.
Eche un vistazo a las redes sociales. Todos los días se forman cadenas de búsqueda de personas, algunas antes de que la familia acuda a las autoridades y otras cuando la Fiscalía ya boletina la desaparición.
Con Alexis, el niño de 3 años que desapareció en Zoquitlán, la autoridad se tardó 42 días en detonar la alerta Ámber de búsqueda. Desperdiciaron mucho tiempo. La condición indígena de Alexis y de sus padres fue factor de demora para la Fiscalía.
Ese fue un comportamiento claro de racismo. Nos asustamos de los estadounidenses, cuando aquí también se cuecen habas en trato despectivo a las personas por su condición social y étnica.
A María Luisa Núñez Barojas le desaparecieron un hijo en Palmar de Bravo hace 5 años, hoy tiene claro que la autoridad jamás lo buscó, y como al suyo tampoco han buscado a la gran mayoría de personas que desaparecen.
Revisen todo el capítulo primero de la Constitución y en especial el artículo 21 para corroborar que el Estado debe brindarnos seguridad y velar por nuestras garantías individuales. Sin embargo, no le exigimos que lo haga.
María Luisa fundó el colectivo la Voz de los Desaparecidos para brindar ayuda a quienes igual que ella, buscan a familiares y por experiencia lamenta que Barbosa piense que cuando una adolescente desaparece es porque se fue con el novio. Pensar así, evidentemente complica las cosas.
Al gobierno del estado no le conviene hablar de los desaparecidos, quedaría muy mal parado si antepusiera la verdad. Con qué cara compararía a Moreno Valle con Barbosa en el rubro si ya lo superó en 500% y apenas va a la mitad del mandato.
En la medida que nosotros como sociedad normalicemos la desaparición de personas, en esa medida, habremos perdido gran parte de nuestra condición humana. Y ya vamos avanzados. @DiarioReporter