Por Jesús Ramos
Algo debe hacerse para disminuir la incidencia de delitos que se cometen en Puebla a bordo de motocicletas. Entre 2018 y 2022 el número de unidades de este tipo apenas rondaba las 17 mil; hoy, supera las 200 mil en la entidad.
Creció exponencialmente el número de motos como puede apreciarse y también las fechorías relacionadas con ellas. Del 2022 al 2024 el robo a transeúntes, cuentahabientes y homicidios dolosos se elevó por encima del 40 por ciento, una barbaridad, tremenda locura.
Ese año Puebla pasó de la media nacional por delitos trepados en motos al penoso segundo puesto en todo el país, un sitio en la tabla general que exige al Estado políticas públicas estrictas para reducir la incidencia.
Generalizar el uso de la motocicleta para cometer ilícitos es erróneo, pero igual es evidente que criminales organizados y desorganizados evaden la justicia usándolas después de consumar la maldad ocultando sus rostros tras el casco.
Ciudadanos ejemplares llevan sustento a casa realizando entregas de comidas, medicamentos, refacciones y artículos diversos sea a través de plataformas, negocios propios o simplemente por economizar en la movilidad de sus jornadas, es importante destacar esto.
Los buenos son mayoría, no hay duda, el asunto permea con los malos cuando ese vacío legal de no ser identificables en la motocicleta, porque todos se parecen, se mezclan con los honestos para camuflarse y ocultar su identidad.
Es importante quitar a los criminales todos aquellos beneficios que le permiten esquivar la justicia y si grabar el número de placas en el casco contribuye a reducir la delincuencia y saber quién la maneja, pues entonces debe hacerse, se justifica porque la inmensa mayoría clama seguridad.
La Ley Casco, antes Ley Chaleco, tiene ese propósito argumentan sus promotores, contener el tsunami de ilícitos que año con año se incrementa a un ritmo desbocado de 20 puntos porcentuales desde el 2022.
Organizaciones de motociclistas rechazan la Ley Casco que esta semana podría ser aprobada en el Congreso del Estado, la pulsan estigmatizante, quienes no las usamos seguiremos viendo al de la moto como un humano más desplazándose por la cinta asfáltica igual que nosotros.
Los diputados locales tendrían que asegurarse antes de levantar sus deditos que la Secretaría de Movilidad no expida permisos provisionales a destajo como actualmente lo hace por ganarse pesos adicionales, de lo contrario de nada servirá la polémica Ley. @noticiasreportero