Por Alberto Pacheco
Durante una crisis, los buenos gobiernos desarrollan estrategias concretas para mitigar los efectos de la misma, algunos de ellos, que son de mero manual pero altamente efectivas son:
Disminuir el gasto corriente y la masa salarial.
Condonación de impuestos para MiPymes y estímulos a la inversión.
Anular la creación de nuevos impuestos, derechos u aprovechamientos, dependiendo el nivel de gobierno en turno.
Estimular la compra pública innovadora, es decir: permitir que muchas MiPymes participen del presupuesto, al adjudicar contratos al mayor número de empresas locales.
Y en el contexto actual, desarrollar la creación de agendas de competitividad que les permitan atraer empresas que están desconcentrando sus actividades para acercarlas o traerlas de vuelta a sus mercados meta.
Algo, que por supuesto en Puebla, nadie hace.
El gobierno Estatal navega entre las mentiras de la peor Secretaria de Economía de los últimos años y encima, pese a los desastrosos resultados, protegida tanto por el Gobernador, como por la prensa que no se cansa de inflarla, pese a que los datos oficiales del INEGI y el CONEVAL no hablan más que de retrocesos.
El gobierno de la capital, obstinado en su muy anticipada campaña rumbo al 2024 y tratando de hacer ver al acólito del Yunque, como un Alcalde modelo cuando la realidad es que la inseguridad, la falta de oportunidades y servicios de calidad, es la constante, amén de la opacidad con la que los funcionarios más cercanos a Lalito, hacen negocios a sus anchas.
Y mientras todo eso pasa sin que a nadie le importe, la realidad de las y los poblanos es peor cada día, no solo porque estamos lejísimos de las mieles del presupuesto de la que gozan los elegidos de la burocracia dorada, sino porque la crisis que se vive, nos devora en el sentido más literal, con una inflación que supera el 8% y que, en el caso de la canasta básica, por encima del 30%.
Mientras los salarios son cada vez más paupérrimos, el nivel de vida de los poblanos se extravía más y más en el abismo de la precariedad.
De acuerdo al IMCO, el primer semestre de 2022 cerró con una generación de empleo equivalente a 483 mil 726 puestos, un ritmo de crecimiento considerablemente menor al del mismo periodo de 2021, en el que se generó 80% más empleo. Esta desaceleración ocurre en un contexto de alta inflación.
En promedio, la población ocupada en el país, recibió un ingreso mensual de 8 mil 117 pesos corrientes durante el primer trimestre de 2022, aunque en puebla es apenas mayor a 6 mil pesos.
La desaceleración en el ritmo de generación de empleos durante el último año y la disminución del poder adquisitivo del ingreso laboral reflejan las consecuencias de un entorno económico de inflación.
Actualmente, 39% de la población ocupada en el país que declaró recibir un pago por su trabajo, percibe ingresos mensuales no mayores a un salario mínimo (menos de 5 mil 186 pesos), y 41% recibe entre uno y dos salarios mínimos (INEGI).
“Aunado al impacto potencial en el nivel de empleo, el encarecimiento de los bienes y servicios disponibles en la economía, afecta el poder adquisitivo de los trabajadores, y reduce su capacidad para adquirir la misma cantidad de productos con sus ingresos provenientes del trabajo” IMCO 2022
Lamentablemente, en Puebla, como en todo México, padecemos de un letargo social sin precedentes, los jóvenes exigen oportunidades, aferrados a la vida en Tik Tok, los adultos añoran un retiro digno, mientras perpetúan a los villanos de siempre y unos cuantos más, sencillamente, han perdido todo interés en que algo cambie.
Quien por su voluntad se esclaviza, aprende a amar los latigazos.
Y que la pobreza siga, mientras las felaciones verbales continúan a diestra y siniestra por estos 3 años de desastre económico y social…
Viva Puebla y sus poblanos.
Nos vemos cuando nos leamos. @DiarioReporter