Por: Jesús Ramos
Aquellos diputados locales que dieron licencia para que los alcaldes de Puebla violaran la Constitución con la aplicación del DAP entenderán que quedaron marcados con fierro ardiente para el futuro de corto plazo.
Y sí, tremenda friega nos pusieron. Sin embargo, un consuelo debemos valorar, en el 2024 tendremos la oportunidad de votar por ellos. O cobrarles la factura.
No tenga la menor duda que para entonces las fotografías de muchos de ellos las veremos impresas en boletas electorales para cargos de reelección, de alcaldes o diputados federales.
Los políticos son así, apuestan al olvido, a la indiferencia y a las coyunturas del futuro para continuar con sus ominosas trayectorias, aferrándose a lo que ya tienen o a puestos mejores en la administración pública municipal, estatal o nacional.
Al levantar su dedito los legisladores del Congreso del Estado quedaron bien con una sola persona: el gobernador, pero terriblemente mal con los millones de poblanos a los que ahora los ayuntamientos les cobrarán el alumbrado público que en pesos y centavos no será poca cosa.
No sé ustedes, pero yo no pienso olvidar a Jorge Estefan Chidiac, Salomón Céspedes, Eduardo Alcántara, Fernando Morales, Carlos Navarro, Mariano Hernández, Jaime Natale y al resto de la pandilla de legisladores que nos apuñalaron por la espalda.
Habría que tener la cara bastante dura para todavía criticar a quienes votaron contra el cobro de alumbrado público y, sin embargo, Eduardo Rivera Pérez lo hizo, el alcalde reprochó a los panistas Rafael Micalco y Mónica Rodríguez por negarse a validar la acción de inconstitucionalidad.
Recordemos y jamás lo olvidemos. Lalo Rivera fue la pieza utilizada por el Estado para que los presidentes municipales se animaran a modificar sus leyes de ingresos e incluyeran en ellas el cobro del DAP.
Pero tampoco debemos olvidar que si el Ejecutivo no les hubiera sugerido el cobro del alumbrado público a los ediles y bajado la orden a los legisladores locales de aprobar la aberración del DAP, jamás se hubieran atrevido ni unos ni otros.
Los alcaldes como Lalo Rivera y los diputados como Salomón Céspedes y Jorge Estefan Chidiac no accionan con libertad ni autonomía, obedecen las indicaciones del mandatario estatal. Es la realidad. Y el cobro del alumbrado público se cobrará porque así se los ordenaron a ellos y al resto.
Aquí el asunto es el siguiente. En el 2024 el Ejecutivo dejará de serlo. Y todos y cada uno de los que quedaron marcados con el fierro ardiente de las siglas del DAP, tendrán que lidiar con ello para reelegirse, competir por algún otro cargo o justificar su injustificable villanía. @DiarioReporter