Por: Jesús Ramos
Las cosas en el PRI se ponen cada vez peor. En unos días entregará las 250 presidencias municipales que perdió en el país, 60 de las cuales fueron descalabros poblanos del joven Camarillo, además de ocho gubernaturas.
Un sismo de 9 grados le habría tratado mejor en las elecciones pasadas. Y al priismo poblano le habría sonreído la vida de mejor forma si este chico no hubiera pactado derrotas en distritos y municipios con el jefe de aquí cerca.
Sería el colmo si Moreno Cárdenas no lo supiera o si Estefan Chidiac y Camarillo se lo ocultaron, pero el secreto lo sabe el mundo entero, su mejor alianza la establecieron con Barbosa a costa de las lágrimas y decepciones de sus candidatos.
Hay de prioridades a prioridades, y la de ellos fue que el Ejecutivo tuviera mayoría en el Congreso del Estado importando poco que fuera a costa del PRI o de cualquier otro partido. Y lo mismo ocurrió en los municipios, jugaron para el gobernador, no para los intereses del Revolucionario Institucional.
Desde la ciudad de México ha llegado una misiva para Puebla. Y en ella, como en las cartas de amor de Flaubert, dice apasionadamente que Guillermo Deloya sería el sustituto de Camarillo si el grupo de Enrique de la Madrid, Nallely Gutiérrez, Ulises Ruiz y Alfredo del Mazo tira del liderazgo nacional a Alito.
A Camarillo le renovaron los bonos al frente del PRI poblano el fin de semana, pero la carta añade que existe un ultimátum para que de quedarse Alito vuelva a renovar las dirigencias estatales del país, y de negarse, volverán a tomarle la sede nacional por tiempo indefinido.
Hasta que caiga, es la consigna. Sus resultados, como los de Camarillo, fueron tan malos que otro chance no lo merecen, les echan en cara los críticos del priismo furioso.
Distinto a la vez pasada cuando el oaxaqueño Ulises se apropió de la sede en junio pasado, esta vez sumarían nitroglicerina al movimiento el Grupo Atlacomulco y el hijo de Miguel de la Madrid.
El joven Camarillo está feliz por su renovación, pero la felicidad podría demorarle poco si los golpes que le propinarán en estos días a Alejandro Cárdenas con corrupción y todo el asunto logran derribarlo, pues en su caída, dice la carta, arrastraría al muchacho de Quecholac.
Imagine la clausura y toma de la sede nacional del PRI y la de todas las sedes estatales, incluida la de Puebla, bueno, todo eso planea el Grupo Atlacomulco y sus extensiones.
¿Y el reportaje sobre el fraude electoral que gracias a Barbosa coloca a Lalo Rivera como alcalde «reeldcto»?
Reelecto el toluqueño del Yunque?