Por: Jesús Ramos
Dos fuentes distintas aseguran la intromisión del director general de Gobierno, Julio Huerta Gómez, primo del mandatario Luis Miguel Barbosa Huerta, en el proceso del PAN para renovar el Comité Directivo Estatal.
La revelación resulta sorprendente, pero no por eso imposible de dar por buena, si tomamos en cuenta que en la pasada campaña electoral a Julio Huerta ya se le había puesto en entredicho por brindar favores gubernamentales, tanto al panista Eduardo Rivera Pérez como a otros candidatos de partidos distintos a Morena que compitieron por alcaldías y diputaciones del Congreso del Estado.
En sus entregas, de esta semana, la prensa oficialista consignó la magnífica operación política de Julio Huerta, contra Morena Puebla, al grado supremo de haber desbancado a Erik Cotoñeto, a quien Barbosa inicialmente había encomendado cirugías políticas y electorales.
La versión de ambas fuentes encuentra sentido en los ataques sincronizados que el sicariato barbosista arreció contra Genoveva Huerta y Jorge Aguilar Chedraui, esta semana, en razón de que el domingo irán a las urnas del PAN algo así como 19 mil militantes a renovar la dirigencia estatal.
La intervención de Julio Huerta habría sido para que los alcaldes de las ciudades que concentran la mayor cantidad de afiliados del PAN, Puebla, Tehuacán, Teziutlán, Atlixco, Zacatlán, Chignahuapan, Huauchinango, San Martín Texmelucan, Izúcar de Matamoros, Ciudad Serdán, otorguen todas las facilidades a la fórmula de Augusta Díaz de Rivera y Marcos Castro para acarrearles panistas a las urnas. Y en contraparte, compliquen esa tarea a Genoveva y los suyos.
Para la clase política poblana, no existen dudas, Eduardo Rivera es el candidato del gobernador rumbo a las elecciones del 2024, después de que Gabriel Biestro fuera vencido por Claudia Rivera Vivanco, al interior de Morena, para ser el candidato a la presidencia municipal del 6 de junio pasado.
En esa lógica de complicidad Barbosa-Rivera para suceder al primero en la silla de gobernador, resulta altamente creíble la versión de que a través de Julio Huerta nuevamente el mandatario intente allanarle el camino en sus elecciones del domingo.
Hasta el momento Genoveva no ha denunciado la intromisión del Estado, a pesar de que gentes de su círculo cercano están enterados de las instrucciones que el director general de Gobierno giró a los alcaldes de las ciudades ya referidas.
A Genoveva se le ha visto sumisa y negada a la crítica contra este gobierno estatal, quizá sea ese el motivo que la desanime a ventilar la intervención de Barbosa a través de terceros.
No es por molestar, pero la actual dirigente del PAN se ganó a pulso la animadversión de panistas valiosos del interior del Estado, a quienes ella desplazó para cederles sus espacios a candidatos del PRI y PRD en la elección pasada.
Una intromisión de tal magnitud por supuesto que podría inclinar la balanza a favor de Lalo Rivera y su fórmula. @DiarioReport