Por: Jesús Ramos
Ignorar el mérito que tuvo Barbosa en el triunfo de Augusta y de Eduardo Rivera Pérez no sería un análisis ético, completo ni de caballeros. El Estado aplastó a Genoveva Huerta y sepultó al morenovallismo.
Lalo jamás habría vencido a las viudas de Rafa y Martha sin la operación que hizo Julio Huerta desde la Dirección General de Gobierno. Comprometer a cada alcalde, con alta concentración de militancia panista, a operar para Augusta fue el as ganador.
La estrellita es de Julio, sí, pero también de Pablo Montiel, Marcos Castro y Néstor Gordillo, con quienes el funcionario de gobernación estatal ya había realizado trabajos de alquimia en junio pasado para el hoy presidente municipal de la Angelópolis.
Otros personajes de AN, probablemente habrán contribuido en grado menor, pero no en el estatus ni trascendencia que lo hicieron los integrantes del equipo central arriba mencionado.
Quién formule preguntas de lealtad para el futuro entre Eduardo Rivera y Barbosa demostrará que no recuerda el pasado. Lalo y El Yunque no cometerán el error que cometieron con Rafael Moreno Valle. No.
Esta vez no entregarán el PAN ni a este mandatario, que fue su aliado para esta coyuntura, ni a ningún otro, porque si permiten que Barbosa controle el CDE, significará que no aprendieron la dura lección que les impartió el difunto.
El gobernador avanzará de aquí al 2024 con los de ultraderecha, pero conforme el declive de Barbosa inicie su etapa de maduración, Lalo y El Yunque desconocerán los acuerdos como ya lo hicieron antes con Genoveva y con otros del PAN.
La fractura resultante de la renovación del partido carece de remedio. Desde un principio se supo que aquel que se adjudicara el triunfo clavaría la espada en la guerrera caída y en el grupo político que la representaba.
Murió el morenovallismo. Viva Eduardo Rivera y el gobernador. El camino para agenciarse la candidatura al gobierno poblano en el 2024 y todas las que El Yunque y Lalo deseen está libre. Barbosa se los allanó.
No dejan de ser ridículas aquellas versiones que envuelven a Genoveva en la bandera de los errores para diseñar fantásticas historias del porqué de su derrota. La aplastó el Estado, el mismo que le dio el CDE del PAN a Eduardo Rivera Pérez para que sea él quien decida su futuro político desde el partido. @DiarioReport