Por: Jesús Ramos
María Luisa Núñez Barojas encontró a su hijo Juan de Dios… pero lo encontró muerto. “Quienes tenemos años buscando, nos damos cuenta que nuestros familiares nunca fueron buscados por las autoridades estatales”.
Ella fundó el colectivo La Voz de los Desaparecidos después de que le arrebataran a su hijo hace cinco años allá por el rumbo de Palmar de Bravo. Investigó por cuenta propia, jamás declinó, nunca se rindió.
Hoy María Luisa tiene los restos de Juan de Dios y una tumba para llorarle. Le hizo el funeral que no hubiera querido para poner fin a la incertidumbre de localizarle.
A principios de febrero la secretaria de Gobernación Ana Lucía Hill hizo oficial la desaparición de 386 personas. En ese mismo evento, Barbosa explotó contra ella al considerar que la cifra era escandalosa y hacía parecer a Puebla como un estado en crisis de desaparecidos.
Cuatro días antes, Reporter, con información sólida del Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, documentó en su reportaje “Puebla, el agujero negro que traga gente”, 4 mil 50 poblanos desaparecidos sólo en la gestión de Barbosa.
Si comparamos tal cantidad con los 107 que desaparecieron en el sexenio de Mario Marín y con los 1,070 de Rafael Moreno Valle, además de escandaloso el asunto, queda claro que la crisis de desaparecidos en nuestra entidad es gravísima.
La misma María Luisa habla de hasta seis poblanos desaparecidos en un día o tres en el menor de los casos. Es evidente que al gobernador o le esconden la realidad de Puebla en ese rubro o maliciosamente él pretende ocultarnos el estado fallido que encabeza.
Barbosa creó un mecanismo de búsqueda de personas del estado de Puebla, pero quienes recurren a él, relatan su ineficiencia burocrática, científica, técnica e incluso su insensibilidad en el trato de las víctimas de desapariciones forzadas.
Si el gobernador no está enterado del agujero negro en que se ha convertido la entidad, devorando poblanos con hambre inaudita, tendría que exigirles a sus funcionarios la información real, porque en ese terreno resulta imposible engañarnos y engañar a quienes como María Luisa sufren en carne propia la desaparición forzada de un ser querido. @DiarioReporter