¿Cómo y quiénes operaron agazapados en las sombras el triunfo de Eduardo Rivera Pérez?
Por: Jesús Ramos
Todas las pistas conducen a que Eduardo Rivera Pérez recibió favores gubernamentales y del Instituto Electoral del Estado para ganar la alcaldía de la ciudad de Puebla.
Incluso antes de que el candidato del PAN, PRI y PRD recibiera la constancia de mayoría, sostuvo una reunión oficial en Casa Aguayo donde Luis Miguel Barbosa, adelantándose al cómputo final y al veredicto de las autoridades electorales, dio por derrotada a la candidata de Morena Claudia Rivera Vivanco.
El madruguete lo propinó a Morena el mismo Ejecutivo del Estado.
El equipo de agazapados que operó desde la clandestinidad la elección y la campaña del panista estuvo integrado por Néstor Gordillo, Víctor Giorgana, Armando Díaz Arteaga, Héctor Laug Hernández “El Lao”, Héctor Laug García, Alfredo Ramírez, Marcos Castro y Pablo Montiel Solana.
Ellos habrían recibido las instrucciones directas desde Casa Aguayo, operaban, movían los hilos del poder, del aparato electoral, de la estructura gubernamental, lo que fuera necesario para allanar el camino al hijo consentido del Yunque.
Se supo del accionar de algunos de ellos, en lo público, aunque la mayoría actuó escondido en las sombras.
Los dos últimos, revelan fuentes operativas, habrían sido los conectores de la campaña del panista con el gobierno del estado a través de Julio Huerta y Omar Álvarez Arronte, ambos funcionarios de la Secretaría de Gobernación.
La experiencia en campañas electorales de Giorgana, Gordillo y los Laug, es bien conocida en Puebla, mientras que Julio Huerta, además de ser primo hermano del soberano, le identifican como su operador de mayor confianza y mano derecha en asuntos políticos y de gobierno.
Fuentes del IEE, del PAN y gubernamentales, aportaron detalles y pruebas de la operación en la que estarían involucrados personal del Consejo Municipal Electoral, representantes de los partidos Compromiso por Puebla y Pacto Social de Integración, además de un agente del Ministerio Público, este último denunciado por extracción de documentos oficiales del DIF municipal.
Un total de 4 millones 700 mil desayunos fríos consistentes en leche, galletas, amaranto y frutos secos, enviados por la federación a través del Convenio 2020 celebrado con el DIF del gobierno de Puebla, habrían ido a parar a los mítines proselitistas organizados por el candidato del PAN, PRI y PRD en el tiempo que demoró la campaña.
Fue el abanderado de Morena a diputado federal, Rogelio Carvajal, el que captó mediante video una de las distribuciones de los recursos federales que debiéndose entregar a niños poblanos de escasos recursos y estudiantes con necesidades nutricionales, fueron repartidos discrecionalmente en los mítines del candidato Rivera Pérez.
El portal de Proceso.com.mx hizo público en su nota informativa del primero de junio de este año la denuncia de Claudia Rivera Vivanco en el sentido de que el gobierno del estado, por un lado boicoteaba su campaña, y por el otro favorecía al candidato del PAN emanado del grupo religioso El Yunque.
Al verse sorprendido en la distribución de los desayunos calientes y para taparle el ojo al macho, el gobierno poblano interpuso una denuncia ante la Secretaría de la Función Pública y lo que pudo haber derivado en un escándalo de dimensiones colosales fue silenciado en los medios de comunicación local.
Para borrar las huellas del incidente, días después un agente del ministerio público acudió a las oficinas del DIF municipal y extrajo, sin orden de cateo, documentación oficial relacionada con los desayunos fríos y el Convenio 2020. En su torpeza cargó con varias carpetas y archivos oficiales, pero no con la información que involucra al DIF estatal en este delito de desvío de recursos públicos.
Eduardo Rivera venció a Claudia Rivera por 128 mil votos de diferencia, sin embargo, hay evidencias gráficas y en video de que se rompió la cadena de custodia en el traslado de los paquetes electorales en el tramo de la casilla a la bodega del Consejo Municipal Electoral.
Es decir, las camionetas que trasladaron los paquetes electorales llegaron a su destino con los sellos, que se colocan en las puertas, rotos y en algunos casos sin sellos, cuando todas las unidades, sin excepción, debieron haber arribado a la bodega con los sellos intactos.
Sorprende en sobremanera que los siguientes partidos se hayan declarado sin actas de escrutinio y cómputo solo para la elección de presidente municipal de Puebla: PT, MC, Nueva Alianza, Verde, Fuerza por México, Redes Sociales y PES. Su argumento fue que ninguno de sus representantes de casilla acudió a la jornada comicial. La sospecha fue que los compraron para que se ausentaran de los sitios de votación.
Sólo la Alianza Va por México de Eduardo Rivera y Morena de Claudia Rivera, contaron físicamente con las actas de votación, y en muchos casos no coincidieron con los resultados del Programa de Resultados Preliminares.
Un incidente grave ocurrido el 8 de junio, dos días después de la elección, fue el que cometió Rafael Guzmán, representante de Eduardo Rivera ante el CME y conector con el grupo de operadores agazapados, liderado por Marcos Castro y Pablo Montiel Solana.
Guzmán en complicidad con un consejero electoral y los partidos Compromiso Por Puebla y Pacto Social de Integración, efectuó a escondidas del resto de los partidos y representantes, los cómputos de los distritos locales con mayor número de electores, el 17 y 20 de la capital, mismos que al final arrojaron una franja amplia y gruesa de votos a la causa del panista y cercano a Barbosa.
Boletas planchadas (sin dobleces), paquetes con sellos alterados, actas sin firmas de representantes, actas que jamás coincidieron con el número de votos, con el PREP y con las sábanas que se cuelgan donde fueron instaladas las casillas, además del rompimiento de la cadena de custodia, son elementos que habrían situado en el plano jurídico, la repetición de los comicios de alcalde de la ciudad de Puebla.
El sábado 12 de junio, un día antes de que las autoridades electorales entregaran la constancia de mayoría a Eduardo Rivera Pérez, personal de una empresa de sanitización, sin gafetes ni razón social, accedió a las instalaciones del Consejo Municipal Electoral.
La indumentaria ocultó sus rostros, además de que el Consejo Municipal Electoral en ningún momento accedió a que se despojaran de las caretas y los cubrebocas.
Todo el personal administrativo, técnico, consejeros y representantes de partidos fueron desalojados del inmueble. El único que dijo saber que ese equipo acudiría a sanitizar fue Rafael Guzmán, ningún otro partido ni consejero electoral, lo supo.
Morena, Claudia Rivera y su equipo de campaña, declararon que en esas dos horas que los sanitizadores estuvieron solos en las instalaciones del CME, se consumó algo grave.
Del 8 de junio, esa primera ocasión que se reunieron Eduardo Rivera y Miguel Barbosa, a la fecha, han tenido encuentros públicos en cinco diferentes momentos, sin incluir la invitación del mandatario a la ceremonia del Grito de Independencia celebrado en Casa Aguayo, evento del que fue maginada Rivera Vivanco pese a ser la alcaldesa de la ciudad de Puebla.
Sus encuentros recurrentes, camaradería y trato preferencial, robustecen la hipótesis de que Eduardo Rivera Pérez fue en campaña y es en adelante, el candidato a gobernador para el 2024.