*Muestra de que se ha dedicado a cazar automovilistas, choferes y motociclistas, son las multas de tránsito que se incrementaron 270% y que ya le reditúan más de 100 millones de pesos.
*Emprendió una campaña de terrorismo en el cobro del predial, si los dueños de casas y terrenos no se ponen al corriente embargará.
*Actualizará el Catálogo de Giros Comerciales para ampliar la base gravable y subirá impuestos 9% para el 2023.
Por Jesús Ramos
Su perfil es recaudatorio. Y él, puede aceptarlo o negarlo, es intrascendente, sus acciones son las que cuentan. Imaginemos un vampiro y comparémoslo con él. El monstruo de las películas de terror es insaciable, se alimenta con sangre humana; Lalo, con el dinero de las familias poblanas y no tiene llenadera; el primero es fantasía; el alcalde realidad.
Desde el inicio de la administración municipal de Eduardo Rivera Pérez, el alcalde de extracción panista se ha dedicado a idear formas diversas para sangrar el bolsillo de las familias, exprimir la economía de los hogares poblanos y contraer deuda como la que está a punto de concretar por 160 millones de pesos con Banorte, Banobras, BBVA, Scotiabank o Santander.
Comparado con el ayuntamiento de Claudia Rivera Vivanco, la alcaldía del PAN incrementó las multas de tránsito en 269 por ciento, lo que explica que en lugar de ordenar la movilidad de la Angelópolis y preocuparse por la seguridad ciudadana se ha dedicado a cazar choferes para infraccionarlos y chuparles el dinero.
A diciembre de este año, Lalo Rivera habrá juntado una bolsa superior a los 150 millones de pesos sólo por multas a automovilistas, choferes del transporte público y mercantil y motociclistas que explicaremos a detalle.
El monto anual de multas de tránsito con Claudia Rivera ascendió a 50 millones de pesos, digamos que en ese rubro la morenista fue buena gente, en otros, resulta difícil meter las manos al fuego por ella.
En tanto que Lalo Rivera, con voracidad inaudita, triplicará esa cantidad en el 2022, pues a junio de este año ya alcanzaba los 73 millones 364 mil 557 pesos. Para ese mes, en su ejercicio anual de gobierno, la exalcaldesa de Morena apenas había obtenido 24 millones.
Lleva prisa por recaudar dinero el edil panista. Se desplaza a velocidad vertiginosa. Y dedica tiempo en idear formas de succionar el gasto de los hogares de la capital con sanciones, multas, incrementos de impuestos y nuevos gravámenes.
Proyecciones de servidores públicos de la misma comuna, consultados por @Reporter, revelaron que, al mes de julio, Lalo Rivera ya había rebasado los 100 millones de pesos en infracciones de tránsito, lo que quiere decir que sumando agosto rondará los 120 millones, sin contar los recursos que ha obtenido por concepto de parquímetros, recaudación que se ha negado a reportar en cabildo pese a su discurso de que los gastará en obra social y otros beneficios.
El perfil de Eduardo Rivera es claramente recaudatorio, de sangrado a la economía de los hogares poblanos y podría tener explicación en sus intenciones de competir en el 2024 por la gubernatura de Puebla o, bien, reelegirse como presidente municipal.
A diferencia de las partidas financieras enviadas por la federación y el estado, los ingresos propios no obligan al ayuntamiento a ser riguroso en su comprobación, por lo que los más de 150 millones de pesos de multas de tránsito para este año serán opacos en su comprobación.
Esta misma semana la Comisión de Desarrollo Económico del cabildo de Puebla podría proponer actualizar el Catálogo de Giros Comerciales con el fin de grabar con impuestos aquellos que escapan a los colmillos del alcalde e ir planeando el incremento que aplicará el año entrante a aquellos que sí están incluidos.
Desde principios del 2022 Eduardo Rivera inició una campaña de terrorismo en el cobro del impuesto predial, donde advierte a los morosos que en caso de no ponerse al corriente les embargará, amenaza que estresa a las familias pobres que a duras apenas tienen para comer, no para pagar impuestos en la crisis económica que se vive y que ha elevado los precios de la canasta básica.
La desaprobación de la gente en redes sociales a su decisión unilateral de aplicar fotomultas en todas las avenidas con camellón de la ciudad capital, para cobrar entre 1,300 y 2 mil pesos a quien rebasara los 30 y 50 kilómetros por hora, le obligó cancelar la medida impositiva, sin embargo, antes de esa hubo otras que ya se consumaron y que son meramente recaudatorias.
Una de ellas los parquímetros. Le ha significado casi 1 millón de pesos a la fecha. Su proyección es que mensualmente reditúen 6 millones aplicando 5 mil multas cada 30 días, siendo esa cantidad de infracciones, parte de los acuerdos que firmaron con la empresa Cargo Móvil SAPI de C.V. (ParkiMovil).
A la buena o a la mala, la empresa de capital yunquista tiene que aplicar esa cantidad de multas a quienes se estacionen en el centro de la ciudad de Puebla, pues de no hacerlo incumplirán el pacto que firmaron con el ayuntamiento del PAN que encabeza Lalo Rivera.
La transparencia del dinero que recauda mes con mes genera suspicacias, ya que a la fecha nada se sabe de a dónde ha ido a parar el recurso o en qué lo ha gastado, a los mismos regidores les ha negado la explicación, pese a que han exigido los estados financieros del rubro.
A fines del año pasado el alcalde se entercó en cobrar el impuesto al alumbrado público, medida que sangraría la economía de las familias en cantidades de los 4 a los 15 mil pesos bimestrales, dependiendo de la casa, residencia, fraccionamiento, negocio, oficina, comercio e industria. Sin embargo, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) frenó sus pretensiones.
Eduardo Rivera Pérez no se conformó con el fallo en contra e interpuso una controversia constitucional que continúa, misma que todavía en mayo dijo que aspira ganar para poder obtener ese impuesto equivalente a los 200 millones de pesos que ya le explicaron va contra la Constitución Mexicana, motivo por el que fue rechazado por la SCJN desde el inicio.
También sangró el bolsillo de las familias poblanas con la Ley de Ingresos Municipal 2022, con la que incrementó impuestos y servicios en el orden del 8 por ciento aplicable a estudios de catastro, multas por clausuras de negocios, multas de tránsito, permisos de obra y funcionamiento, sanciones de protección civil y por la compra-venta de terrenos y vivienda.
Justificó el incremento con el nivel inflacionario, cuando debió ser compasivo con sus gobernados.
Otro sector al que obligó a recluirse para que pagaran por servicios de ocupación de cuartos de hoteles fue a las cerca de mil prostitutas que trabajaban en las calles.
Hoy sólo un número reducido se resiste a encerrarse en las viejas casonas y moteles y continúa laborando a cielo abierto. Sin embargo, en tanto más ocupen los cuartos de moteles mayores beneficios obtiene la presidencia municipal. Ni las sexo-trabajadoras se han salvado de la brutal y ambiciosa dinámica recaudatoria del alcalde.
Nadie escapa a la recaudación de Eduardo Rivera, si los inspectores de giros comerciales observan artesanos, heladeros, globeros, payasitos o gente honrada ganándose la vida en las calles con la venta de sus productos, les arrebatan la mercancía y los golpean como ha sido exhibido en varios videos de redes sociales. @DiarioReporter