Por: Jesús Ramos
Eduardo Rivera Pérez volvió a mostrar penosamente el lado tibio, pecho frío y el pánico que le provoca el gobernador en turno. Rafael Moreno Valle le humilló en su primera gestión de alcalde. Le hizo horrible. Y esta vez, Barbosa le sometió de manera pública con la salida de Michel Chaín.
Uno pensaría que su experiencia anterior con Rafa le habría servido para agarrar valor y nunca más ser el puerquito de nadie. No fue así. Entra en pánico con los mandatarios, se agacha, se postra, cede sin oponer resistencia.
No hizo caso a las recomendaciones del mismo Barbosa: “para terminar con el bullying, el cobarde debe armarse de valentía y enfrentar al agresor para que se acabe el problema”.
Para empezar, Chaín ni siquiera debió estar en su gabinete. Sus exesposas y colectivos feministas exigieron al edil desde antes de asumir el cargo que no le incluyera por sus antecedentes de agresor de mujeres.
A Lalo Rivera le valió, por sus pantalones lo puso en la cartera de Desarrollo Urbano. Después del asesinato de Cecilia Monzón volvieron las presiones femeninas para que lo corriera del puesto, en redes sociales sus ex´s pisaron el acelerador.
Es legendaria la fama de misoginia de Barbosa, si se animaran, Susana Wuotto, Socorro Quezada, Ana Lucía Hill y un puñado de reporteras de la fuente de gobierno podrían confirmarlo y narrar sagas de terror.
Qué héroe ni que ocho cuartos. El mandatario vio, esta vez, en Michel Chaín la oportunidad de vestirse de luces frente a las mujeres y sacudirse un poco esa fama misógina, vulgar y grosera que le impregna el nombre, por eso exigió en tono mandón que lo cesaran del puesto. Y Lalo se lo ofrendó.
La renuncia por asuntos personales del ahora exsecretario de Desarrollo Urbano, es una simulación, la realidad es que lo corrió por las presiones del mandatario y la prensa sicaria. Y lo hizo rápido para no echárselo de enemigo.
Caso contrario, postura irreverente y valiente, la de Claudia Rivera Vivanco cuando Barbosa le pidió la cabeza de Lourdes Rosales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Se le puso al tú por tú y no se la dio, no se doblegó a las bravuconadas del gobernador.
Le agarró el pleito, se dieron de moquetazos, no se acobardó.
Se vio mal Eduardo Rivera Pérez sosteniendo a Michel Chaín contra la animadversión de las mujeres, pero no contra la orden del gobernador. Le hubiera corrido por decisión suya, antes o después de la tormenta, no por presiones de un gobernador que encima de todo socavó la autonomía del ayuntamiento de Puebla.
¿Quién manda en la capital? Está visto y demostrado, Lalo Rivera y el PAN no. @DiarioReporter
Es que con esa tibieza de Ser que le identifica, Barbosa, lo utiliza y lo seguirá utilizando. Esa máxima del «Morenovallismo» de ser más útiles quienes solo obedecen y no se oponen, obtienen siempre su premio.
Crees que este tiempo de buenos deseos entre Armenta y Barbosa, van a tardar hasta el 2024?
Claro que no, en Rivera Pérez, observa la conservación de sus intereses.