Por: Jesús Ramos
Fue extraordinaria la idea de invitar un molito de caderas a políticos, académicos, servidores públicos y a la prensa poblana, en la tierra misma del gobernador Luis Miguel Barbosa, claro, después del tradicional ritual en el que simbólicamente sacrificaron un chivo.
Con ese gran festín inició la temporada del mole de caderas 2021 en la que darán cuenta de 16 mil cabezas de ganado para abastecer a los restaurantes que con ese platillo tradicional de la mixteca poblana pretenden recuperarse un poco, en lo económico, de lo mal que los ha tratado la pandemia.
Se lee bien la actitud reconciliadora del mandatario con aquellos a los que ha confrontado en algunos episodios de su administración estatal. Si de ahora en adelante cambia su estilo agresivo de gobernar es buen momento que lo haga en la segunda mitad de su mandato.
Le hemos visto agredir reporteros, empresarios, políticos y universidades, lastimar la reputación de gente que le ayudó a ascender al lugar donde hoy se encuentra e incluso perseguirlos.
Corregir su estilo fajador de gobernar, por otro de diálogo y de mesura, le viene bien al Estado en todos los rubros. En lo empresarial, en lo académico y en lo político. En positivo todo luce. Todo suma y se desvanecen las restas.
Debe decirse que faltaron algunos personajes al molito de la reconciliación. Me hubiera gustado ver a buena parte del gabinete que fue corrido o renunciado de fea manera para que el mensaje de la paz fuera más vigoroso.
Con Nacho Mier y Alejandro Armenta en el banquete, por decir, la profundidad y sinceridad de esa nueva actitud de gobernar, de ahora en adelante, habría de compararse irremediablemente con el Tratado de Versalles que cambió la historia del mundo.
De ser auténtico el gesto político-gastronómico, aquí nos cambiaría la historia de Puebla el molito de caderas de Tehuacán. Y sería para bien. La confianza es grande, pero la fe es mayor.
No. No busquemos negritos en el arroz. El ejercicio estuvo bastante bueno. Es digno de aplaudirse. Debe destacarse la renovada actitud conciliadora con la que Barbosa se presenta ante la sociedad poblana casi al final del 2021 en el montaje de esta ceremonia ancestral.
“Juntos como hermanos, miembros de una iglesia, vamos caminando al encuentro del Señor…”, versa la canción evangelizadora de la religión católica, y si el molito lo invitó Barbosa de auténtico corazón, pues entonces, todos debemos darnos un saludo de paz. @DiarioReport