Por Jesús Ramos
Fue hermoso para Puebla lo que ocurrió ayer en el Congreso de la Unión. Armenta cargará la virgen en la mesa directiva del Senado de la República y Nacho echará los cuetes en la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados.
Dos primos tras la gubernatura de Puebla peleando palmo a palmo en la máxima división de la política en México. Joyas divinas para pronosticar que la sucesión será de alarido.
Día de felicidad para el armentismo-barbosismo y de dicha para el nachismo-lopezobradorismo. Qué cosas. Cuando la semana pintaba triste por el episodio de la Magdalena escenificado por Barbosa el lunes, Dios con el pañuelo de su misericordia nos secó las lágrimas en miércoles.
Para Barbosa y sus chiquitas mijas de la prensa, Alejandro habría obtenido premio gordo, jugoso y carnudo. Y Nacho, otro grande, aunque de menor talla comparado con el de su primo de Acatzingo.
Para nada. Tan grande la responsabilidad de uno como del otro. De Nacho no tenga duda que seguirá acordando personalmente con López Obrador la conducción de la Cámara y sus temas relevantes.
De Armenta queda la incertidumbre si el Presidente de la República repetirá el distanciamiento que tuvo con Monreal, instruyéndolo como lo hizo a través de un tercero.
Esperemos que acuerde de tú a tú con AMLO y construya sólida relación. Le vendría de lujo a Puebla y le pondría mayor emoción al relevo de Barbosa. Si ambos acuerdan directamente con él el desempeño de sus respectivas cámaras, será buenísimo.
Sus logros de ayer fueron fantásticos, pero Armenta seguirá cargando con la pesadísima cruz de Monreal y de Barbosa. Y Nacho, con la desventaja de ser un soberano desconocido para el votante poblano.
Negar el vínculo de Alejandro con Ricardo y Miguel es imposible, ambos considerados traidores a la causa de la 4T por Andrés Manuel. Y hacerse de la vista gorda con Nacho, su intrascendencia a ras de tierra y temas legales, resulta ingenuo.
Miércoles de ganancia para los dos bandos de Morena, movimiento político del que saldrá no sólo el candidato a gobernador sino el recogedor de los escombros y desastres que dejará Barbosa.
No será Diógenes quien rompa los corazones de Céspedes, Melitón, Olivia, Toño y Gabriel, que sea otro el que explique que ya bailaron las calmadas. @DiarioReporter