Por: Jesús Ramos
Hace años que Armenta y Lalo Rivera iniciaron campaña por la gubernatura de Puebla. Y hace meses que Nacho Mier hizo lo mismo para ser gobernador. De esa terna, ninguno necesitó permiso ni banderazo de salida del mandatario en turno o fue a consultarle.
Recuerden a Moreno Valle, Gali, Pacheco y al actual Ejecutivo porque con ellos lidiaron. Decidieron buscar la gubernatura y pusieron manos a la obra. Se disfrazaron de quitachicles, de reforestadores y de organizadores de foros para recorrer la geografía poblana en abierto proselitismo.
Hoy se pretende hacer creer que ellos y los del gabinete estatal necesitaban la venia de Barbosa para salir del partidero. Eso es falso. Es mentira. A Melitón Lozano lo rete-placeó don Cotoñeto meses antes de que cayera del cielo.
A José Antonio Martínez lo aireó Julio Huerta con presidentes municipales. Salomón Céspedes, como Santa Claus, reparte fertilizantes en las rancherías con su sombrero de cuatro pedradas, aunque sin montar a caballo para no enfurecer al mandatario.
Olivia Salomón ha sido la más expuesta en eventos oficiales y en lo mediático para aumentar su nivel de conocimiento, pero se estrella contra la realidad al salir del perímetro de La Vista porque nadie después de esos ladrillos le identifica ni le conoce.
Siendo objetivos, han sido más ventajosos los integrantes del gabinete de Barbosa si los comparamos con Armenta y Nacho en la carrera por la gubernatura, pues mientras todos ellos han dispuesto del cargo, presupuesto oficial y los convenios publicitarios para promocionarse, los otros dos lo han hecho por cuenta propia, maña y con poca gente.
Es un engaño el banderazo de salida. Todos, todos, Lalo Rivera incluido, vienen haciendo campaña para el 2024 desde hace buen tiempo. Lo de Salomón es patético, gasta el presupuesto en comunicación de los 41 diputados para promocionarse en lo individual y golpear a sus enemigos.
Barbosa pretende fingir con la ayuda de la prensa palera que tiene el control de la sucesión. No es cierto. Armenta no peleará con él por estrategia, pero si debe hacerlo lo hará. A Nacho Mier le valen diez toneladas de pepino su permiso.
Y Lalo Rivera, como Armenta, no lo enfrentará de manera prematura, aunque si El Yunque le ordena desafiarlo lo hará, porque más que a Barbosa su formación política y académica se la debe a las familias custodias, ellas le alimentaron cuando tuvo hambre.
Olivia Salomón, Toño Martínez, Céspedes y Melitón pueden destaparse hoy, mañana o pasado, la verdad no importa, su tarea se limita al montaje de lo que no existe, control y operación del juego político sucesorio. @DiarioReporter