Por Martha Berra
Las piezas del ajedrez político ya comenzaron a moverse, todo encaminado al 2024, año en el que no solo cambiaremos de gobernador, sino también de presidente de la República.
En ocasiones anteriores ya les manifesté que en la política no hay casualidades, habrá quienes estén de acuerdo conmigo y habrá quienes no, pero la realidad es la que vemos y vivimos todos los días.
El fin de semana ocurrió la detención de Erick Cotoñeto, ex operador político del gobernador Miguel Barbosa, lo que encendió las alarmas, al menos al interior del equipo más cercano al gobernador, pues saben que toda detención que involucre a personajes políticos es todo menos un buen trabajo de la Fiscalía.
Más allá de la supuesta venta de drogas en un bar, propiedad de Erick Cotoñeto, las autoridades tendrían que investigar la desviación de recursos, sobretodo aquella que involucra a la Secretaría de Bienestar, esa sí sería una noticia, área que siempre ha sido objeto de observación por el recurso que maneja, ya sea en especie o en efectivo.
Pero quienes saben de fondo cuán fructífera es la Secretaria de Bienestar, son las personas cercanas a Erick Cotoñeto, quienes estuvieron “rematando” calentadores solares, tinacos, pies de casa prefabricados, entre otros artículos, que no, no llegaron a manos de los más necesitados, pero sí a manos de los acarreados para campañas y elecciones de 2021 y para montar un negocio clandestino de venta al por mayor, teniendo como sede de resguardo una bodega ubicada en San Martín Texmelucan.
Todo esto corroborado por parte de los, hoy ex colaboradores, de Erick Cotoñeto, Jorge Mota y compañía, por lo que no resultaría extraño que las detenciones continúen, así que bien podría tomarse el ejemplo del fin de semana para que llegue con copia para todos los que no rindan cuentas o no se alineen para el 2024.
Finalmente, el delito es lo de menos, pues se sigue la vieja práctica de impartición de justicia, esa en la que primero te detienen y después averiguan el por qué. @DiarioReporter