Por: Jesús Ramos
Una sola obra emblemática no ha sido construida por esta administración estatal. Vamos, un puente, una avenida, una escuela nueva u hospital, un camellón siquiera, pero ya trama destruir la ciclopista del boulevard Hermanos Serdán con ocurrencias insólitas.
Es demasiado pedir una gran obra insignia cuando una de baja estatura está ausente en lo urbano y rural de la escenografía poblana desde la salida de Guillermo Pacheco Pulido a la fecha.
La misma ciclopista por desmantelar resultaría más grande y costosa que cualquier otro proyecto u obra lograda por la administración en turno. Y lamentablemente ni reutilizando sus fierros en escuelas, como se dijo, se recuperaría siquiera una quinta parte de los 300 millones que costó.
A todas luces sale más caro destruir la obra que dejarla y rehabilitarla. El caldo resultará más costoso que las albóndigas, dirían los sabios del barrio. Un capricho, una locura, un exceso de poder, eso es.
A Andrés Manuel López Obrador lo destrozan sus críticos nacionales por las connotaciones ecológicas y económicas de la refinería de Dos Bocas, el aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya, sin embargo, la primera registra un avance del 70%, el segundo del 86% y el tercero comenzará operaciones hacia finales del 2023.
Han sido anunciados grandes proyectos para Puebla desde el arranque de la gestión barbosista: auditorio cola de lagarto, cinco centros penitenciarios, el mega proyecto de San Francisco, la ampliación del aeropuerto Hermanos Serdán y la consolidación de Ciudad Modelo, pero ninguno se ha concretado.
Vamos perdiendo y por goliza.
Todo inmueble privado u obra pública merece mantenimiento programado para alargar su vida útil. No lo hicieron con la ciclopista Hermanos Serdán, el tiempo, uso y los efectos del sol, lluvia y viento la deterioraron. Nada grave que no pueda corregirse con recursos y una manita de gato para dejarla como nueva de paquete.
Quienes nos gobiernan pueden escribir historias suyas partiendo de sus logros y legados, aunque también los hay quienes las redactan con sus fracasos y errores, falta de visión e ineptitud.
Al sacar de circulación el tren turístico Puebla-Cholula se destruyó ese proyecto. Ejecutaron sin consultar la opinión del poblano y el cholulteca. Se joden y se callan. Cuando todos los estados exploran múltiples ideas para sumar atractivos a su oferta turística, Puebla restó el tren y se ve distante la posibilidad de que lo sustituya por otro.
El último veredicto sobre el destino de la ciclopista Hermanos Serdán tendría que tenerlo el ciclista y corredor que la utiliza. Y la defensa de la obra, deberían darla los políticos del PAN, incluido Eduardo Rivera Pérez, por ser un logro de partido. Ni lo uno ni lo otro ocurrirá. Nada se construye en Puebla, pero qué tal se destruye. @DiarioReporter