Por Carlos Clemente
Como en muchas carreteras poblanas, la inseguridad ha rebasado a la autoridad estatal que se ha mostrado incapaz de frenar la creciente ola delictiva en la autopista concesionada Teziutlán-Virreyes.
Si bien el tema no es nuevo, se ha agudizado en los meses recientes, de acuerdo a denuncias de empresarios y ciudadanos víctimas de la delincuencia quienes se dijeron hartos de los constantes asaltos al transporte público y de carga.
Para colmo, el pasado fin de semana sujetos armados asaltaron la caseta de cobro ubicada en Payuca, amenazaron al personal y los despojaron del dinero. A bordo de un vehículo se dieron a la fuga rumbo a Ocotepec, sin que la Policía pudiera ubicarlos pese a los recorridos por la zona.
En días pasados, momentos de pánico vivieron los pasajeros de un autobús ADO cuando fue apedreado sobre la autopista con sentido a Puebla, desde una camioneta tres sujetos arrojaron piedras rompiendo las ventanas con el objetivo de asaltarlos, el conductor no detuvo la unidad hasta la caseta donde pidieron ayuda.
Estos hechos son la constante en la vía de comunicación, una de las más caras del centro del país y que se ha vuelto una amenaza para la tranquilidad de los ciudadanos.
La autoridad estatal carece de organización y coordinación con las policías municipales para frenar a la delincuencia, pese a los constantes llamados de auxilio.
Derivado de las múltiples denuncias, recientemente los alcaldes de la región lograron que la Guardia Nacional patrulle esta carretera, no obstante, el esfuerzo se queda corto ante el monstruo de la delincuencia que se ha dejado crecer.
Desde el cómodo escritorio, será difícil que la autoridad estatal perciba la desesperación de ciudadanos y empresarios que a diario sufren el embate de la delincuencia.
En sus oficinas y sentados plácidamente en su sillón de piel, tampoco podrán ver el alcance del problema y la urgencia de instalar un arco de seguridad en el punto que conecta a los municipios de Libres, Oriental y la autopista a Jalapa vía Perote, como lo proponen los alcaldes de la región.
Sin una coordinación generada desde el poder Ejecutivo, será imposible cerrar los accesos clandestinos hacia la autopista que se han permitido en los últimos años, los cuales son utilizados por los grupos criminales.
Al parecer, las autoridades estatales no han tenido la voluntad política para entrarle al tema y coordinar a las corporaciones de Seguridad Pública federales, estatales y municipales para combatir con estrategia y organización la inseguridad, a pesar de que el tema está en la mesa de Seguridad de todas las mañanas en Casa Aguayo.
Simplemente el gobierno estatal tiene otras prioridades.
La grilla y la politiquería antes que atender los auténticos reclamos ciudadanos. @DiarioReporter.