Por Carlos Clemente
Este miércoles la Fiscalía General del Estado (FGE) anunció la captura de “una banda delictiva generadora de violencia relacionada con secuestros, homicidios y hallazgos de cuerpos calcinados”, en la zona de Izúcar de Matamoros, de acuerdo al comunicado de prensa.
Se entiende que, con este golpe, prácticamente fueron aprehendidos los responsables de la terrible inseguridad que viven –no de apenas, de hace varios ayeres- los ciudadanos de aquella región poblana.
El comunicado detalla la aprehensión de cinco sujetos que habrían participado en el secuestro y extorsión contra un ciudadano en varias ocasiones desde julio pasado y de quien obtuvieron fuertes sumas de dinero a cambio de no hacerle daño a él y a su familia. Una y otra vez lograron estafarlo, cada ocasión con una suma mayor de dinero.
Los delincuentes planearon un golpe mayor. El pasado 7 de septiembre lo secuestraron y lo trasladaron a la Ciudad de México, pidieron 400 mil pesos por su rescate y lo dejaron en libertad hasta que su familia cubrió el monto solicitado. Desesperado, decidió denunciar los hechos ante la FGE.
No conformes, la banda delictiva intentó una extorsión más una semana después. Afortunadamente no lograron su cometido, fueron detenidos en flagrancia, primero dos sujetos y en un segundo momento tres cómplices más. Los detenidos, Agustín, Jesús Ángel, Elsy, José Eduardo y Saúl, promedian escasos 28 años de edad.
De acuerdo a la FGE, el grupo delictivo operaba en la región secuestros y homicidios, incluso señala el hallazgo de cuerpos calcinados, pero no da más datos; sin embargo, en las cifras oficiales Izúcar de Matamoros tiene cero denuncias por el delito de secuestro desde 2019, 2020 y lo que va de 2021, revela el portal de la Fiscalía.
Qué sucede. Las cifras y estadísticas de las autoridades, simplemente no coinciden con la cruda realidad, ésta supera en mucho los conteos y los discursos oficiales.
La víctima de esta historia y sus familiares, decidieron en un inicio no denunciar los hechos. Pagar una y otra vez a los delincuentes a cambio de salvar sus vidas por una simple razón: no hay confianza en las autoridades responsables de procurar e impartir justicia.
Los ciudadanos poblanos, por desgracia, no tenemos la certeza de que, tras ser víctimas de un delito, lograremos justicia al recurrir a las autoridades correspondientes.
Las instituciones públicas y sus representantes encargados de la procuración e impartición de justicia, sufren un grave desprestigio, producto de la corrupción y los vicios de un sistema que, pese al cambio de régimen, se mantiene intacto y más vigente que nunca.
Expertos en el tema señalan que la confianza en las instituciones es un indicador de estabilidad en una democracia. En México, y en nuestro estado concretamente, un alto porcentaje de ciudadanos desconfían en las instituciones, principalmente porque consideran que son corruptas.
Cuántos eventos como el registrado en Izúcar de Matamoros se replican en toda la geografía poblana sin que se denuncien, cuántos serán los casos que culminen en un trágico desenlace.
Según la Fiscalía, en lo que va del año se han denunciado 12 secuestros en todo el estado, pero cuántos más habrán ocurrido en realidad sin ser denunciados por las razones ya expuestas.
Una vez más, el discurso del gobierno estatal dista mucho de lo que a diario viven los poblanos de a pie.
Seguimos teniendo, en la realidad, un gobierno sin resultados en los temas que más importan, como lo es seguridad pública e impartición de justicia.
Un gobierno que ofreció una cuarta transformación, pero que nos brinda todos los días un gobierno de cuarta.
Al menos en nuestro estado, del idealismo pasaron al cinismo.
¿O no?