Por: Jesús Ramos
Romero Serrano fue puesto en la cárcel con sorprendente rapidez, Aréchiga lo mismo, y antes de ellos otros considerados enemigos de este gobierno estatal. Se ha preguntado ¿por qué no ha hecho lo mismo con Claudia Rivera?
A vuelo de pájaro recordemos que fue frontal con el Ejecutivo, no le pasó un abuso, grosería, acción de misoginia y tampoco permitió que metiera el bastón en su gobierno municipal.
Fue un dolor de cabeza, una uña enterrada, razón inevitable de muchos, muchos enojos. No sé cuántos, pero debieron ser incontables rezos y promesas a su Dios para que alejara a esa mujer de su vida.
Le ganó la partida por el control de Morena y la candidatura para la reelección de alcaldesa de Puebla en el 2021 para frustración del muy respetable señor Biestro y lamentable episodio de furia del mandatario.
Si a Moreno Valle le cabeceaban la aventada de celulares, a don Miguel, el bastonazo seco y al bulto en el clímax del enfado cuando un atrevido, o tonto, le menciona su nombre.
Por menos de eso el exauditor está en la cárcel y el exsecretario de Movilidad vestido de rayas. Claudia fue desafiante, canija, rebelde y jamás le reverenció la investidura.
El gobierno ha utilizado todo el poder contra sus enemigos, les ha sometido y encarcelado, se le ha visto despiadado y cruel, vengativo y rencoroso, las acciones suyas derrumban toda narrativa conciliatoria y civilizada.
¿Si el grado de saña es tal, por qué no ha puesto tras las rejas a Claudia? Jamás se ha escondido, distinto a otros actores políticos que prefieren no asomar la cabeza y ser invisibles, ella come helado en El Carmen, chopea churros en la chocolatería detrás de catedral y excursiona en Africam Safari con sus pantaloncitos caqui.
Se le vio activa en la promoción de la consulta de revocación de mandato y defensa de la 4T. Cierto es que cuando las focas aplaudidoras mutan a sicarios de la prensa la tunden de lo lindo acusándola de robos en despoblado, agandalles de dinero no suyo y de tener la mano elástica y larga.
Si tantas evidencias dice tener el gobierno, en voz de sus empleados, ¿por qué no la meten a la cárcel en modo Fastrak como a los otros? Ese es el asunto, he ahí la cuestión.
La prensa seguirá tundiéndola, no veo cómo se detenga, en lo mediático continuarán crucificándola, incluso, los mismos que firmaron jugosos convenios publicitarios con ella a través de Magaly Herrera.
Conclusión. No la meterá a la cárcel ya sabemos quién, porque el Mesías misericordioso, protector de los débiles, apapachador de los pecadores, con voz celestial, en sus sueños más profundos, le dijo: “Deja en paz a Claudia, con ella no te metas”.
¿Retará a Dios? No lo hará, aunque muera de ganas. @DiarioReporter