Por: Jesús Ramos
Eran 32 sospechosos. Y de ellos, uno tendría que ser el responsable. Por ahí inició la Fiscalía General del Estado la línea de investigación para resolver el crimen de la activista Cecilia Monzón.
Javier “N” ni siquiera era el principal, antes de él había un segundo y primero de la lista. Y en el lugar catorce aparecía el diputado local del PRI Jorge Estefan Chidiac.
Un judío radicado en la Ciudad de México acaparó desde un inicio la atención de los agentes investigadores. Su corazonada apuntaba hacia allá. Al ser resuelto el crimen, los detalles del judío y del segundo sospechoso ya sobran, también el de Estefan.
Para el área de inteligencia de la FGE fueron de alta relevancia las conversaciones telefónicas que obtuvieron valiéndose de la tecnología, sin embargo, no fueron determinantes para esclarecer el caso.
Los videos sí lo fueron, como bien lo señaló la Fiscalía mediante comunicado, pero no los obtuvieron de las ventanas ciudadanas de los ayuntamientos de la ciudad de Puebla y San Pedro Cholula.
Sus equipos de videograbación se encuentran en condiciones deplorables, viejos, inservibles en su mayoría. Y ni Eduardo Rivera Pérez ni Paola Angón, alcaldes en ese orden de municipios, se han preocupado por repararlos o adquirir equipamiento nuevo.
Los agentes de la Fiscalía debieron solicitar videos de domicilios particulares para seguir el trayecto de la motocicleta utilizada por los asesinos hasta que la ingresaron al domicilio de la colonia Universidades.
Son de dominio público los detalles de las detenciones y el estatus legal en que se encuentran los imputados.
Tuvo razón el gobernador en reclamar a Paola Angón y Eduardo Rivera su falta de colaboración para resolver el caso de Cecilia, pero aunque hubieran tenido el propósito de hacerlo ambos ediles, habrían carecido de los videos por las terribles condiciones en que se encuentran sus cámaras de video.
En los 240 días que llevan de gestión ni uno ni la otra corrigieron las ventanas ciudadanas, digamos que sus policías, las del estado y los agentes de la Fiscalía trabajan a ciegas, carecen de ojos en ambas ciudades para el esclarecimiento de delitos.
Ahora mismo tendrían que estar corrigiendo ese olvido o negligencia de su parte si quisieran contar con instrumentos tecnológicos valiosos para prevenir el delito, identificar delincuentes, aplicar la justicia y combatir la impunidad.
Los ciudadanos de Puebla capital y San Pedro Cholula no lo saben, pero el discurso que estos dos se aventaron en campaña para combatir la inseguridad se quedó en eso, en discurso campañero, en la realidad no les preocupan los sistemas de vigilancia. @DiarioReporter