Por Carlos Clemente
En un auténtico mugrero se ha convertido la elección de la dirigencia juvenil del PAN en Puebla. Las ilegalidades no sólo son toleradas, sino abiertamente impulsadas por la cúpula que encabeza Mario Riestra Piña y Genoveva Huerta. Desde la falsificación de firmas, violencia política en razón de género, coacción y uso indebido de la estructura partidista, todo se vale con tal de imponer a Sharif Elías Pérez.
La escuela de cuadros panista se luce en este bochornoso juego sucio. La elección juvenil es solo un montaje diseñado con descaro por quienes se dicen apóstoles de democracia.
Mario y Genoveva manipulan a Alejandro Gómez, secretario estatal de Acción Juvenil y regidor de San Pedro Cholula, como pieza clave para montar la simulación electoral. El proceso está amañado desde su raíz.
Durante el registro, Sharif presentó 237 firmas de apoyo —de un total de 538 jóvenes inscritos en el padrón—, casi la mitad del total. Pero no sólo fue inédito, también fue fraudulento: varias firmas fueron falsificadas, según denunciaron jóvenes que respaldan al opositor Ramón de la Cruz Carpinteyro, pero cuyos nombres también aparecieron misteriosamente en el registro de Elías Pérez.
A pesar de las denuncias, impugnaciones y protestas, la dirigencia validó sin pudor el registro de Sharif, con firmas apócrifas incluidas. Una burla abierta al partido y a su militancia.
El descontento y la decepción entre los jóvenes panistas es profundo. Denuncian un proceso desaseado y manipulado. Prueba de ello es el audio difundido en redes sociales donde Alejandro Gómez y Saulo, director estatal de Acción Juvenil, se burlan de la activista Mónica Escalante, sugiriendo con tono misógino que otorga firmas «a cambio de besos».
Mónica ha anunciado que denunciará penalmente a ambos por ejercer violencia política en razón de género. ¿Y Genoveva? Silenciosa, cómplice. Ni una palabra ante el ataque a las mujeres jóvenes de su partido.
Panistas del interior del estado que respaldan a Ramón de la Cruz han señalado —aunque en privado, por temor a represalias— que el propio Mario Riestra realiza llamadas a liderazgos municipales para presionarlos y asegurar apoyos para su candidato, ofreciendo prebendas desde la dirigencia.
El próximo 8 de junio, en Cuautlancingo, no se celebrará una elección: se consumará una farsa.
Una simulación promovida desde la cima del PAN poblano, donde la legalidad, la ética y el respeto a la militancia se fueron al cesto de basura.
Bonita democracia interna la que practican Riestra y Genoveva. @noticiasreportero