Por Jesús Ramos
Aplastadas, planas, completamente chatas, como si con un martillo las hubiesen golpeado, así quedaron las corcholatas Olivia, Sergio, Biestro, Melitón y José Antonio con los nombramientos de Armenta y Nacho de la semana pasada.
¿Cómo competir por la gubernatura de Puebla contra el presidente de la mesa directiva del Senado de la República y el de la Junta de Coordinación Política de la Cámara Federal de Diputados? Muy difícil, harto complicado.
Ya tenían talla política nacional y ahora tienen más. Con ese par de martillazos prácticamente aniquilaron toda posibilidad de los funcionarios estatales para despachar en Casa Aguayo en calidad de gobernadores.
Se entiende que el resorte que empuja a Armenta es Monreal. Y el que impulsa a Nacho es Andrés Manuel. Contra esas fuerzas políticas imposible competir. Uno de los dos cargará con la candidatura morenista del 2024 es lo que se visualiza.
La competencia es de dos. El resto, sobra. Este domingo en Chiautla de Tapia Melitón se despachó un seminario de superación personal que no es en vano, trabaja su distrito probablemente con la mira puesta en una candidatura a diputado federal, difícilmente le alcanzaría para más. Y lo sabe.
Melitón como el resto de las corcholatas destapadas tendría la urgencia de fuero constitucional, al concluir este gobierno, por miedo a responsabilidades futuras relacionadas con opacidad, irregularidades y por ser cómplice del retroceso del estado.
Ahora que han visto las barbas de Melitón cortar, Olivia, Sergio, José Antonio y Biestro tendrían que poner las suyas a remojar. Las fotografías del viernes del líder del Congreso del Estado con Monreal son belicosas, muestran al Presidente de la República al aliado del barbosismo en la confrontación.
De corcholatas que pretendían gobernar Puebla mutaron a golpeadores, a excepción de José Antonio, el resto ya confrontó al presidente nacional de Morena por apoyar a Nacho en su destape y de forma indirecta también a Andrés Manuel.
Son ejecuciones de órdenes recibidas para agredir a los que consideran enemigos, pero también, demostración excepcional de que quedaron fuera de la puja por la gubernatura.
Es imposible competir contra Armenta y Nacho. Las candidaturas a gobernador no se obtienen en Puebla, como probablemente se lo creyeron a quién se los dijo, son posiciones que incluso el gobernador actual obtuvo en el centro del país.
Y en esa posición de privilegio se encuentran estos dos. Lamentable. Tristísimo. Fue muy breve el protagonismo de las corcholatas estatales, demoró un suspiro, como las bodas de los famosos. @DiarioReporter