Por Jesús Ramos
Es lunes entrada la noche y la definición sigue beneficiando a Pepe Chedraui contra toda tormenta interna de Morena, rayos y centellas, así lo sostiene la élite del poder estatal. Nada le hará cambiar de opinión, montada está en su macho. Un cacahuete le vale lo que se diga o se piense.
Se resiste ella a que sea otro u otra, ni Claudia, ni Carvajal, tampoco la Vilchis. Carvajal piensa distinto, asegura lo contrario, incluso, afirma que habrá sorpresa enorme la semana venidera.
A más tardar miércoles. Este no el otro. Para entonces, el morenaje señalará desde la cima de lo nacional al resultante de tanta discordia y enfado por la capital poblana, Pepe según los poderosos, alguien distinto contradice Carvajal.
Erran aquellos que observan a la Vilchis como tercera en discordia. En dado caso una discordante más. Sea cuál sea, ella u otros, o Pepe, coincidirán encorajinados en la decisión final por la forma como fue tratado el asunto.
Desaseada incrustación de Pepe y de Vilchis si así resultara, opciones ambas de última hora, sacadas de la manga, manifestación los dos casos de poder sin cuidado de detalles, de tronido de chicharrones.
Pepe es lo que parece, un gran tipo, buena persona, Vilchis seguramente también, son los menos culpables del sainete interno de Morena, pero meterlos a la contienda a fuerza, a producto de gallina, al cuarto para las doce, fue una locura.
Razón asiste al morenaje de cepa por eso, se entiende su enfado, sin embargo, consultado el poder ayer mismo se sostiene: será Pepe. Se confirme o no la otra semana, considere también a Vilchis, quedará sabor de bilis en la boca del morenismo poblano. @DiarioReporter