Por Carlos Clemente
Al saqueo financiero y el ofensivo reparto de plazas a familiares y amigos en el Colegio de Bachilleres del Estado de Puebla denunciados en nuestro reportaje “Cobaep, la mafia que empoderó Barbosa”, le han seguido más actos al margen de la ley, sin que la SEP o el gobernador pongan fin a los abusos de la Dirección General y el Sitracobp.
Pareciera que el agradecimiento del titular del Ejecutivo por los favores recibidos en campaña por parte de los hermanos Alberto y Moisés Guerrero Gutiérrez y Santos Alfonso Serrano Méndez, los hace intocables.
Desde la Dirección General y del mismo sindicato se ha desatado una fuerte campaña de hostigamiento hacia trabajadores del colegio que intentan alzar la voz e inconformarse por la serie de actos de corrupción que se han ventilado en fechas recientes.
El reparto de plazas entre amigos y familiares que incumplen a todas luces con los perfiles y requisitos académicos, la desaparición de más de 3.7 millones de pesos de cuotas sindicales, el desfalco financiero por sueldos ilegales de 14.5 millones de pesos, entre otras irregularidades, han generado un profundo malestar entre trabajadores administrativos y docentes.
Sin embargo, Santos Alfonso Serrano y Moisés Guerrero, intentan reprimir las voces disidentes a través de una política de terrorismo laboral. En cada plantel hay personas que informan de cualquier expresión o reunión que vaya en contra de los intereses del director general y del líder sindical.
Maestros inconformes de distintos planteles denunciaron que son amenazados con el despido o el cambio de sede laboral, a través de los delegados sindicales que hay en cada plantel o bien por los propios directivos.
A tal grado que ante la Fiscalía General del Estado se presentó una denuncia por dicho hostigamiento señalando directamente a Fernando Tapia y Germán Aguilar, personal del sindicato, por hostigamiento laboral, los hechos están asentados en la carpeta de investigación FGEP7CDI/FIM/FIM-1/002761/2021.
En tanto, las denuncias por despidos injustificados siguen aumentando ante la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, suman 134 realizadas por 144 extrabajadores; penosamente dos de ellos fallecieron en fechas recientes sin que se haya hecho justicia.
Los trabajadores despedidos acusan tortuguismo y contubernio de parte de la JLCA, ya que por medio de argucias legales sus respectivos procesos se encuentran ampantanados y no hay el mínimo esfuerzo por favorecer un arreglo o acuerdo entre las partes. Llama la atención el caso de un extrabajador cuya demanda tiene 19 años durmiendo el sueño de los justos.
Sin embargo, para los amigos sí hay justicia laboral: recientemente Zoila Torres Bello, extrabajadora del colegio y amiga cercana de Santos Alfonso Serrano Méndez, logró ante la JLCA un millonario finiquito e incluso su hijo Felipe Meza Torres entró a trabajar como coordinador de planteles.
El propio Santos Alfonso, tenía demandado al colegio porque años atrás fue despedido. Actualmente ya no figura en la lista de las 134 demandas laborales, por lo que presumen se auto otorgó un finiquito.
Al cúmulo de ilegalidades en el Cobaep, se suma una más, los más de 2 mil trabajadores no han recibido su aumento salarial del 3.5 por ciento, firmado y autorizado por la Dirección General y el Sitracobp desde noviembre del año pasado y con efectos retroactivos de enero a noviembre de 2021, por lo que corre el riesgo de perderse en perjuicio de los trabajadores.
¿A la cuenta bancaria personal de quién irá a parar ese recurso?
El mensaje es claro: impunidad absoluta para los amigos y aliados del gobernador. @DiarioReporter.
Excelente puntería, muy certera.
Gracias por el apoyo de su apreciable medio. Ya que es evidente que el sistema ayuda al sistema. Ni como pedir solución, a la Junta Directiva del COBAEP.
A mis amigos y trabajadores de COBAEP, sigamos uniendo esfuerzos, voluntades y sobre todo convicciones, para no dejar pasar las injusticias.
Fuerte saludo fraternal, a los 37 planteles que cubren todo el Estado de Puebla, y a mis 143 compañeros que se encuentran lidiando y luchando por una demanda laboral atascada.