Por Carlos Clemente
Pareciera que el gobernador Barbosa se encuentra desinformado, ajeno a la situación que prevalece en materia de transporte público -no sólo en Puebla capital donde es un terrible caos, sino en todo el estado-, porque de saber que Elsa Bracamonte tiene a la Secretaría de Movilidad y Transporte verdaderamente de cabeza, ya habría dado un manotazo en la mesa.
Podría ocurrir que al mandatario no le cuentan la verdad de las condiciones en que los poblanos son tratados por los concesionarios del transporte público y el desorden en que operan ante la nula aplicación de la tan esperada nueva ley y su reglamentación.
No sería la primera vez que el titular del Ejecutivo recibiera información a medias, que fuera engañado, pues. Él mismo lo confesó.
Lamentablemente Bracamonte le ha permitido todo al transporte público, a cambio de no sabemos qué, y eso ha generado que Puebla hoy tenga uno de los servicios más caros y deficientes del país.
La mañana de este lunes, en la esquina que forman la 11 Poniente y la 19 Sur, la unidad 7 de la ruta 44-A se impactó contra un automóvil particular. El saldo siete personas lesionadas, varios de gravedad.
El viernes pasado, una combi de la ruta M2 y un automóvil se impactaron en Avenida Margaritas y calle Dalias, el resultado tres lesionados, un tamalero la libró de milagro, pero resultó herido.
En pleno Centro Histórico, el pasado 18 de julio dos unidades de las rutas 44-A y la 25 chocaron, volcándose una de ellas, 14 personas resultaron con diversas lesiones.
La referencia de hechos similares es inmensa. Un mes antes, el 20 de junio un conductor de la ruta 45-A en completo estado de ebriedad perdió el control e impactó dos autos, se estrelló con un puesto ambulante y acabó contra un muro, los hechos en Avenida Las Torres y 11 Sur, el saldo de nueve heridos, un menor de edad muy grave.
Como responsable de Movilidad y Transporte, Elsa Bracamonte ha sido omisa, permisiva y negligente en la aplicación del marco legal. ¿No ha querido o no ha podido?
En tanto, los ciudadanos padecen a diario unidades viejas, en mal estado, rebasan por mucho 10 y 12 años de antigüedad, sin seguro de pasajero, tienen conductores no capacitados, hasta menores de edad, en muchos lugares del estado prestan el servicio sin tener concesión, son “piratas” (Tehuacán, Serdán, Acatlán, Izúcar, Texmelucan, Xicotepec, Tecamachalco, Tepexi de Rodríguez, por mencionar algunas regiones).
Al final, el costo político de un transporte anárquico y de cuarta lo tendrá que asumir el gobernador, quien autorizó el aumento al pasaje y les ha permitido que pasen años sin que modernicen el servicio y hoy lo presten en las peores condiciones.
Mantener a un perfil como Bracamonte –y sus incapaces asesores hidalguenses- en un cargo de tal complejidad, sólo ha arrojado puntos negativos a la administración barbosista. Los usuarios están hartos. @DiarioReporter
Totalmente de acuerdo con usted. Su servidor forme parte de la Fundación «Omar Bazán» por víctimas del transporte, haya por años 2000- 2004, en ese entonces se lograron sustantivas mejoras tanto en el marco legal, así como en el marco operativo que beneficiaron a millones de poblanos. Me pongo a sus órdenes 2227 71 71 75