Por Jesús Ramos
Con las incorporaciones de Javier Aquino y Ana Laura Altamirano, específicamente, el gobernador electo replica el mismo propósito de Claudia Sheinbaum de enviar mensajes de cordialidad del mandatario saliente y el entrante a los distintos sectores sociales y opinión pública.
Pero también, de ofrecer un modelo de gobierno con sus más leales en los puestos clave como el de Gobernación con Samuel Aguilar, operador político suyo en la interna de Morena y constitucional.
Tiene sentido esta decisión, pues Aguilar Pala interactuó y maniobró con los grupos políticos y entidades electorales antes y durante la campaña, por tanto, será el responsable natural de la política interna del estado.
La curva de aprendizaje con Aquino y Altamirano se acorta, decisión que le permitirá mitigar la experiencia de aquellos funcionarios que por primera vez ocupen posiciones relevantes en el servicio público.
Conforme Armenta vaya delineando al resto del gabinete estatal entenderemos la conformación de su auténtico equipo político con miras al futuro, tal y como lo hacen todos los jefes de gobierno con apreciados y no tanto.
Jamás será lo mismo moldear un equipo compacto que integrar un gabinete, a los primeros les colocan en espacios de lealtad y formación política, para ejemplos Aguilar Pala, mientras que los segundos son pagos de favores y mensajes de inclusión.
En lo nacional Sheinbaum ha ido incluyendo piezas de López Obrador a su Dream Team, sin embargo, son los suyos quienes dibujan su propio estilo de gobierno, salvo el de Hacienda por razones de estabilidad económica.
Nada excepcional resultará que los anuncios de Alejandro en los días venideros sean gentes leales a él en secretarías claves, integrantes ellos de la estructura política que le hizo ganar, mismos a los que moldeará a su imagen y semejanza, corcholatas suyas del futuro pues. @DiarioReporter