Por: Jesús Ramos
Hay políticos que tienen encanto para caer bien, se ganan a la gente con la sonrisa, la magia de sus palabras y el destello de su mirada, les ven lindos o lindas según el caso, se trata pues de activos valiosos de la democracia participativa.
Son rockstar que emocionan y detonan euforia. Les piden fotos y autógrafos, les quieren bien y respaldan sus propósitos por sentirlos auténticos, francos y cercanos al votante.
En una elección son capaces de levantar partidos agonizantes y atiborrarlos de votos si les flanquean con operadores profesionales. Pero ese, no es el caso de Gabriel Biestro. No. Intentó serlo y no pudo.
Después de la seguidilla de fracasos para ser alcalde de Puebla, proyecto a gobernador o en su defecto líder de Morena, debe admitirse que Gabriel sigue ocupando un sitio en el corazón de quien manda en la entidad, lo que implica que no está acabado en lo político.
El Don de La Marranera le ha considerado en titularidades de dependencias de bienestar, del trabajo, del DIF, de gobernación y desde la recta final del 2021 para ocupar el acojinado sillón reclinable de Francisco Romero Serrano.
Fuentes consultadas en el Poder Legislativo Local dan por hecho que las oficinas de la Auditoría Superior del Estado le aguardan tras la salida consumada del actual auditor y que más temprano que tarde llegará por ahí con la alegría de sentirse renacido.
Por cosas de Dios, del diablo, del destino o de los astros ha sido estropeado su arribo a la función pública y eso debe tenerlo desesperado, sin embargo, en algún resquicio de este 2022 regresará a cumplir encomiendas e instrucciones del jefe de la comarca.
La modificación al Reglamento Interior de la ASE que le impedía ser auditor por haber ocupado cargo de dirigencia partidista y representante de Morena en el Congreso local fue derogado en agosto pasado. La dedicatoria fue para él y ahora puede ya ser lo que no podía.
El inconveniente es el mismo del 2021, su maldita mala suerte, estar salado, don Francisco no quiere irse por las buenas, el diablo le sigue haciendo travesuras, los astros no se le alinean y el poder de Dios no le es suficiente para renacer de las cenizas. @DiarioReporter