Por Alberto Pacheco
Mucho se habla sobre la corrupción en esta llamada 4T, y es que, finalmente, fue la retórica que encumbró al hoy Presidente de México ante el hartazgo generalizado de las clases trabajadoras por el abuso indiscriminado de los hombres y mujeres del poder.
No obstante, y aunque esa misma retórica parece no estar desgastada (así lo demuestra el alto % de popularidad de AMLO), la realidad dista siquiera de haber cambiado un poco.
Ya que, aunque en el gabinete del Presidente, probablemente han disminuido los escándalos de corrupción particulares, no es así en las escalas medias y bajas de las estructuras del gobierno, ya que sigue habiendo incluso más corrupción e impunidad que en el pasado que tanto se criticó.
El caso de Puebla es uno al que hay que analizar con cuidado, porque si bien, el gobernador también esgrimió un discurso poderoso en contra de los excesos del pasado y muy en específico, del otrora morenovallismo, ante lo que prometió justicia, los resultados son menos que grises y eso, por decir lo menos.
A excepción de casi nadie; esos a los que acusó y acusa de mafiosos, corruptos y que la guillotina está por caerles, la realidad es que, gozan de cabal salud, muchos disfrutando una vida de excesos a la vista de todos y otros más, en el extranjero, pero igual de tranquilos y en la total LIVIN´LA VIDA LOCA
Porque cuando se habla desde los estertores, poco se avanza y las obsesiones desgastan, lamentablemente, con muy pocos resultados.
Lo que resulta increíble, es que junto al discurso de combate a la corrupción se olvide de lo elemental, ya que quiere llegar al paso 5 sin transitar por el 1,2, 3 y 4, y ¿a qué me refiero con esto? Sencillamente a que mientras se distrae al ojo público con temas y casos que no llevan a ninguna parte, los alcaldes pasan completamente desapercibidos
Mientras los grandes capos de cuello banco, usan mecanismos y entramados financieros que los blindan con un nivel superlativo, los alcaldes hacen y deshacen sin ningún tipo de estrategia sofisticada ni con asesores financieros profesionales, hacen sencillamente, lo que sus pantalones y faldas dictan.
Nepotismo indiscriminado, hermanos, sobrinos, hijos, tíos, yernos, nueras, todos como familias felices en las nóminas sin reparo alguno ¿o no Amozoc?
Asignaciones de obras y servicios que ni opacas son, porque todo mundo sabe que son para ellos mismos y sus cuates que, de invisibles no tienen nada.
Incluso podríamos decir que son más transparentes que el agua de los Alpes suizos, pero transparentes en su infame corrupción que, a nadie en las altas esferas del poder, parece importarles.
Navegan de a muertito, gobiernan como feudos o islas, pero de impunidad, dictando en la mayoría de los casos, una historia siniestra para sus gobernados.
Y la pregunta es ¿por qué a estos pillos y pillas que se pasan por el arco del triunfo, toda norma de buen gobierno, no los toca nadie? cuando es tan obvia su corrupción, pues basta con preguntarle a cualquier ciudadano de cualquier municipio sobre las fechorías de sus alcaldes y alcaldesas y conocen reseñas completas de las mismas, ya que el antes y después de sus estilos de vida, es imposible de ignorar
Por eso, resulta increíble, que el Gobernador actúe como si nada pasara, ¿a poco no ve ni escucha lo que pasa, sin ir tan lejos, en prácticamente todos los municipios de la zona conurbada de Puebla?
Si el gobernador quiere justicia para los poblanos, no necesita ir por esos capos que la mayoría de poblanos ni conocemos, si quisiera demostrarnos que su lucha contra la corrupción es real, que vaya sobre esos pillos llamados presidentes municipales, que al fin y al cabo, son los que más infamias comenten en contra de sus gobernados.
Que vaya en contra de esos que se roban el dinero de manera obscena, a la vista de todos, y que encima, lo hacen riéndose a carcajadas, porque no necesitan de off shores ni paraísos fiscales, de lo que ni idea en realidad tienen, para estos pillos, basta transferir bienes y crear empresas con sus hijos, esposas, esposos, sobrinos, compadres, amantes y no pasa nada.
Que vaya en contra de esos que sin reparo construyen mansiones, compran ropa que antes ni en sueños vestían, que vaya por aquellos que hacen de un ayuntamiento, una fábrica familiar que, produce un par de productos terminados excepcionalmente…riqueza e impunidad.
Así es señor Gobernador, no nos interesan esos a los que se la pasa correteando un día sí y al otro también, porque al final, esos capos de cuello blanco, por los que usted está obsesionado, utilizaron el mejor conocimiento disponible para evitar al máximo cualquier acción de la justicia, sin en cambio, le garantizo, que a esos rufianes vestidos de Presidentes municipales, si de verdad usted quisiera, les haría pagar cada centavo robado, malversado, mal utilizado y desviado, sin siquiera despeinarse.
Dejemos la retórica, comencemos por lo elemental.
A mí y a todos los poblanos, sí nos haría feliz, ver a nuestros Capo-Alcaldes, rindiendo cuentas a la justicia, ¿por qué a usted no?
Nos vemos cuando leamos. @DiarioReport