Desarrollo económico e innovación: la última oportunidad

Por Alberto Pacheco

Se han escrito ríos de tinta para hablar de la precaria situación que atraviesa Puebla a nivel económico y social; situación que se agudizó bajo la administración del hoy difunto Miguel Barbosa, quien desde una silla, jamás pudo siquiera conocer la verdadera situación por la que atravesaba Puebla.

Misma que será imposible revertir en el poco más de un año que le queda al Gobernador Sergio Salomón y que será entonces, una de las mayores responsabilidades del próximo gobernador, que sin duda alguna, llevará el apellido Mier.

Hoy Puebla es el lugar 25 a nivel competitivo, es la entidad que en razón del tamaño de su población económicamente activa, tiene la tasa de informalidad más alta de todo el país; por cada empleo formal, hay 11 personas trabajando en la informalidad.

Somos la 3era entidad del país, con los salarios más bajos y ni siquiera ya estamos, entre las 10 entidades que más aportan a la economía mexicana, ridículo monumental, porque incluso Tlaxcala, ya aporta más y está dentro del top.

Somos la Entidad que más centros de educación universitaria tiene, pero por otra parte, somos también, de las que menos patentes generan, y adónde el salario para recién egresados, es también, de los más bajos (entre 3500 y 5500 pesos mensuales).

Sobresalíamos por una pujante industria automotriz, que de los años 80s a  inicios del nuevo milenio, era símbolo de orgullo, pues la disrupciones tecnológicas no habían aún dado el salto cuántico que dieron los últimos diez años, pero que a partir del 2015, no nos ha quedado más que el redrojo de las cadenas de valor, con procesos de muy bajo valor agregado y siendo superados por prácticamente todo el bajío y ni se diga ahora, Nuevo León, que está como Ferrari desbocado, posicionándose como el hub de electromovilidad más importante de México  y sin duda alguna, de toda América latina.

Puebla no figura ni para el censo, en la nueva dinámica del NEARSHORING o relocalización de plantas productivas, que decenas de empresas están realizando para estar cerca de sus mercados meta, y adonde Coahuila, Nuevo León, Sonora y el Bajío, se están quedado con más del 80% de las inversiones.

En prácticamente 5 años, Puebla no ha anclado ninguna inversión sobresaliente, se dijo que una “famosa” empresa de camiones y autobuses eléctricos llamada LINK EV comenzaría a operar al menos 4 líneas de producción, pero hasta el momento, no hay absolutamente nada.

Solo VW, anunció la construcción de su planta de pintura para algunos de sus modelos eléctricos, y la cual cabe mencionar, tampoco ha comenzado a operar.

Lo más sobresaliente en Puebla, es la construcción de cientos de nuevas oficinas y plazas comerciales a diestra y siniestra, que sobra decir, también están vacías en su gran mayoría, por lo que parece, solo son estructuras que forman parte de grandes entramados financieros para el blanqueo de capitales.

Bajo las anteriores circunstancias, el panorama no es halagüeño y si la próxima autoridad Estatal no entiende que el desarrollo económico es el motor del bienestar, Puebla seguirá en un espiral autodestructivo que nos conducirá a un lugar macabro, del que no habrá retorno.

En primer lugar, necesitamos de los mejores; profesionales probados y comprobados en materia de desarrollo económico, por lo que se tiene que eliminar de raíz ese mantra perverso de que con poner a un empresario de medio pelo y mucho apellido, basta.

Es momento de escuchar a los “OTROS”, esos talentos que están, pero que nadie quiere ver, porque carecen de apellidos de abolengo, de “conectes” y sobre todo, de esa perversidad monopolizada por unos cuantos, que se atragantan del pastel a costa de billetazos y blofeo.

Es momento de dejar de construir un estado repleto de lugares fantasmales para el lavado de dinero y devolver la dignidad a la MenteFactura, adónde las grandes ideas encuentren cobijo, y sea el gobierno, el primero en confiar en el talento de sus ciudadanos.

En Puebla, sobran mentes brillantes, pero de lo que hemos carecido, es de un gobierno competente.

Queremos que las mejores empresas del mundo inviertan en Puebla, pero para que eso suceda, antes, tenemos que lograr que nuestros mejores talentos, construyan los cimientos de una Puebla innovadora, creativa, una Puebla, de Vanguardia…

Y si el próximo gobernador no atiende el llamado desesperado del talento, Puebla en 10 años, será el mayor cementerio de edificios y plazas de México…al tiempo.

Nos vemos cuando nos leamos. @DiarioReporter

0
SHARES
0
VIEWS

Más Columnas de Alberto Pacheco

Welcome Back!

Login to your account below

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Add New Playlist