Por Jesús Ramos
Alejandro iniciará funciones con cuatro hermandades de policías estatales y auxiliares acostumbradas a dar bastante lata a aquel que nombren secretario de seguridad sin que les importen blasones, rangos, linaje, nombre y apellido.
Hace ya tiempo aquí hablamos de lo gordos que se caen los grupos policiacos de Manuel Alonso y Ardelio Vargas, sus guerras soterradas e infinitas por controlar las dos corporaciones del estado.
Por sexenios unos resultan ganones y otros perdedores, luego, los perdedores invierten los roles para situarse en la supremacía, así se la han llevado por los siglos de los siglos Amén.
Tan generosa es la naturaleza humana y burocrática que Ardelios y Manueles cohabitan sin tragarse, sin embargo, desde que se supo que Jesús Morales Rodríguez podría ser secretario de seguridad, lo que no ocurrió, se registraron escisiones y reagrupamientos entre los policías estatales.
Como el Ave Fénix, de entre las cenizas, emergieron dos hermandades nuevas: Los Chuchos y, otra más, Los Viejones, sí, ahora Ardelios y Manueles tendrán disputas por el rancho con estos dos grupos de reciente denominación.
Marino, militar o súper policía, a quién designe el nuevo gobernador responsable de seguridad pública lidiará con estos bellísimos equipos, cuyo gusto es inmenso por hacer quedar en ridículo al que en turno esté en esa cartera.
Tiene sentido, si ridiculizan al grupo dominante y jefe en turno, los otros amplían la oportunidad de ascender con carta propia, se trata pues de una lucha infinita y permanente por el control de la seguridad del estado. @DiarioReporter