Por: Jesús Ramos
El secretario de salud, José Antonio Martínez, habría consultado a Barbosa para “tomar un café” con el diputado Ignacio Mier Velazco, a lo que el gobernador se opuso tajantemente.
A reserva de que uno de los tres se anime a abundar en el asunto, fue el coordinador de los legisladores de Morena el que extendió la invitación al doctor Martínez para que charlaran de política y de otras cosas.
Lo suyo lo suyo es diagnosticar enfermedades, medicar y salvar vidas, la política es una fauna desconocida para él, pero en los últimos meses le ha dado curiosidad por incursionar en ella.
No se ha decidido, hasta donde sabemos, pero el secretario de salud se está dando tiempo para reflexionar si le entra o de plano da las gracias a aquellos que le insisten en saltar de la medicina a la grilla.
Como lo comentamos la semana pasada, el secretario de salud es animado por Julio Huerta e incluso por el mismo mandatario para que se involucre en la sucesión y sea otra más de las corcholatas oficiales.
La veta que ellos ven en Antonio Martínez y que podrían aprovechar para impulsarlo en el 2024 es su profesión, su sencillez, su reconocimiento y trayectoria, cae bien el canijo.
Quienes le conocen y han cruzado charlas con él, le adulan y endosan solo cosas buenas, aunque meterse a las mordidas y zarpazos en la política le exigiría desconfianza y esforzarse en aprender rápido de esos entuertos porque si no se aviva se lo tragan vivo.
Difícilmente Nacho Mier lo aceptará, pero su propósito era escuchar de viva voz del doctor Martínez si en verdad le interesaba competir por la sucesión. Y si así fuera, invitarle a que lo hiciera por la ciudad capital, los dos haciendo mancuerna.
Tómelo con reservas, aunque no sería descabellado pensar que tanto Nacho como Barbosa creen que el perfil del secretario de salud podría arrebatar una buena porción de voto del PAN para llevársela a Morena en una constitucional.
Su aspecto clasemediero, aspiracionista, su manera bonachona de ser y la buena fama en la medicina, su perfil ciudadano y apartidista, les haría proyectar que es el arma electoral perfecta para que Morena retenga la gubernatura, en pensamientos de Barbosa, o para recuperar la capital e incluso si se perdiera hacerle un buen boquete a los azules, en ideas de Nacho.
La preocupación de aquellos que quieren ser gobernador por el partido de AMLO son la capital y los municipios conurbados, por su amplia vocación panista, y lo que quisieran es llevar en fórmula a alguien con las características necesarias para atraer ese voto. @DiarioReporter