Por Jesús Ramos
Somos testigos del desesperado estilo con que buscan fuero constitucional doña Charo, esposa de Barbosa, y Julio Huerta para protegerse de ese futuro incierto en responsabilidades judiciales por el desaseo con que manejaron las finanzas del estado mientras fueron gobierno estatal.
Se intuía que había una razón de fondo para que ambos anhelaran curules de modo tan pasional en la Cámara Baja del Congreso de la Unión, lo suyo no era representar a Morena o al pueblo, había algo más, ahora se entiende qué.
Juntando los 447 millones de pesos que la Auditoría Superior de la Federación considera como probable quebranto a los dineros públicos, con los 604 millones del Banco Accendo y los 722 millones del crédito fiscal pendiente del Sistema de Administración Tributaria la suma se eleva a 1,773 millones.
Una locura. Una barbaridad. Grotesco. Ahora entendemos. Intentan cobijarse con fuero la viuda y el primo hermano. Ellos junto con Verónica Vélez fueron los que realmente gobernaron el estado en tiempos del difunto puede deducirse.
Él no veía, pero para eso estaban estos tres, para indicarle el rumbo que debía tomar en sus decisiones malvadas, crueles en lo político y opacas en el manejo de las finanzas.
Con qué cara pueden señalar y criticar ahora su séquito de periodistas sicarios lo que desde entonces se sabía y que ellos mismos encubrieron destacando lo combativo que era Barbosa respecto a la corrupción.
Arriba del cuello tienen las miasmas de Barbosa esos periodistas contratados por él para aplaudirle lo honrado que era, transparente, asertivo en la toma de decisiones cualesquiera que estas fueran, con entrevistas barberas en Casa Aguayo y fuera de ahí.
Son muchos millones, casi 2 mil millones, preguntarse dónde están resulta demasiado ingenuo, cuando la gente observa a lo rancio del barbosismo buscando fuero constitucional como el sediento busca agua en el desierto.
Apostar porque el desfalco concluirá en esa suma de terror es arriesgado, se incrementará, es cuestión de tiempo. @DiarioReporter