Por Jesús Ramos
Como algunos saben las elecciones intermedias de Puebla tendrán lugar en 2027. Parecerían muy distantes, pero no es así, el tiempo es un recurso que para la física transcurre rápido e inclemente, incluso, en dimensiones paralelas.
Veracruz fue laboratorio electoral para Claudia Sheinbaum, Rocío Nahle, Morena, el resto de partidos políticos y también debió serlo para los gobernadores del país.
Morena gobernaba 153 de los 212 ayuntamientos jarochos, ahora lo hará en 71 después de los resultados de las elecciones del domingo, perdió el 60 por ciento de los municipios y la votación se le cayó 40 puntos porcentuales respecto a los comicios del año pasado.
Preguntamos a periodistas veracruzanos razones qué pudieran explicar el desplome de la votación guinda. La inseguridad, nominación de candidatos priistas y el desgaste de Morena fueron consideraciones suyas.
Hubo desamor de la gente hacia el partido oficial pese a la feroz operación política del gobierno de Nahle a través de programas sociales, movilización e intimidación a candidatos opositores, comentaron.
Si Mario Riestra y Néstor Camarillo confían en un cobro de factura a Morena para el 2027 su apuesta tiene sentido, el asunto fue que en Veracruz en vez de entregar el voto al PAN y PRI, el ciudadano lo hizo por Movimiento Ciudadano.
Mucho influyó la inseguridad desbordada en los resultados comiciales del estado vecino, pero también que Morena desplazará a gente identificada con el partido para en su lugar poner a chapulines priistas de candidatos a alcaldes.
Puebla no sufre las inclemencias de la inseguridad jarocha, pero el Movimiento de Regeneración Nacional si ha incurrido en el pragmatismo de cachar priistas para postularlos en ayuntamientos y diputaciones en vez de morenistas, ¡aguas! @noticiasreportero