Por Carlos Clemente
El gobernador Luis Miguel Barbosa llegó a la mitad del sexenio.
En la víspera de la entrega de su informe ante el Congreso del Estado, anunció que iría sólo, que no habría mariachis ni comida de celebración.
Me parece que es una acertada decisión.
Pues en términos objetivos, realmente no hay qué festejar. Él lo sabe.
En su ejercicio de introspección tiene claro que su gobierno se ha quedado corto en la mayoría de las áreas del gobierno estatal.
Con su peculiar estilo de gobernar, Barbosa se ha confrontado con prácticamente todos los sectores y actores públicos, incluso de su propio movimiento.
De pronto pareciera que dedica más tiempo a ello que a gobernar. Es como si él mismo se dinamitara el camino.
Para nadie es un secreto que desde Palacio Nacional observan sus movimientos con lupa. Razones las hay y de mucho peso.
El factor pandemia también frenó avances del gobierno que hoy llega a la mitad del trayecto. Hizo perder 50 mil empleos y el cierre de más de 10 mil empresas.
La reactivación económica está muy lejos de consolidarse.
En la agenda del mandatario existen más pendientes que logros alcanzados conforme al plan de gobierno.
Las asignaturas con mayor rezago apuntan a pobreza, inseguridad y obra pública.
Su gabinete es muy inestable, suma 16 cambios de funcionarios de primer nivel, lo que evidencia falta de continuidad y efectividad en programas y acciones.
Puebla es el tercer estado con mayor pobreza, de acuerdo a la más reciente evaluación del Coneval.
Los grupos delincuenciales le van ganando la batalla a la estrategia de seguridad pública del gobernador Barbosa.
De acuerdo con reportes internos, la delincuencia organizada se disputa plazas en la zona del triángulo rojo, donde el huachicoleo parece imparable; la organización de las cuatro siglas tendría prácticamente el control de Puebla capital y la zona metropolitana, sin descartar células de otros grupos que incursionan en varios puntos de la geografía poblana.
Este martes, llegará Barbosa al Congreso del Estado, sólo, así lo anunció él mismo. Sin mariachis, sin porra.
Arribará a un poder Legislativo a modo, sin oposición ni cuestionamientos fuertes que le incomoden o que amenacen con hacerle pasar un mal rato.
De ninguna manera. Los diputados, todos, le habrán de aplaudir no una, muchas veces, cuando dirija su mensaje político.
Él por su parte, no habrá de escuchar el posicionamiento de cada grupo parlamentario, llegará más tarde a la sesión del recinto legislativo.
Sin duda, los ciudadanos son quienes tendrán la mejor opinión de este gobierno estatal que hoy llega a la mitad del camino.
La segunda mitad de su mandato, seguramente no será más fácil. El poder tiene fecha de caducidad. @DiarioReporter
Nadie que tenga el ego tan grande, como como el mismo pejidente, tiene argumentos que avalen un logro en su gobierno, Barbosa con todo y sus lambiscones que lo protejen tienen hechos que lo avalen, ahí te va Barbosa como una de tus pésimas acciones contra la delincuencia, encobijados, feminicidios, secuestros, todo esto y otras cosas suman la ineptitud de tu gobierno. Eh dicho!!!!
Nadie que tenga el ego tan grande, como como el mismo pejidente, tiene argumentos que avalen un logro en su gobierno, Barbosa con todo y sus lambiscones que lo protejen tienen hechos que lo avalen, ahí te va Barbosa como una de tus pésimas acciones contra la delincuencia, encobijados, feminicidios, secuestros, todo esto y otras cosas suman la ineptitud de tu gobierno. Eh dicho!!!!