Por Carlos Clemente
El grito desesperado de auxilio de un grupo de empresarios y presidentes municipales de la región de Teziutlán lanzado en febrero pasado, pidiendo al gobierno del estado su urgente intervención para frenar la ola delincuencial en la autopista Teziutlán-Virreyes, no generó ninguna reacción de las autoridades.
Quienes toman las decisiones en la entidad han considerado que, en la Sierra Nororiental, municipios, empresarios y ciudadanos, se rasquen con sus propias uñas, al menos en materia de seguridad pública.
La mesa de trabajo con presencia de los mandos de la Guardia Nacional, Policía Estatal y autoridades municipales, simplemente fue para tomar café y galletas y simular que se escucha y se atienden las demandas sociales.
En realidad, el gobierno del estado nada ha hecho para frenar los múltiples asaltos que ocurren en aquella carretera concesionada y que han alterado la tranquilidad de ciudadanos y empresarios.
Por el contrario, las cosas empeoran.
La madrugada de este miércoles un grupo de delincuentes con armas de grueso calibre balearon al conductor de una camioneta nissan que transportaba mercancía de una empresa maquiladora de San Sebastián, dejándolo gravemente herido. Le tiraron a matar.
Los servicios de emergencia tardaron en llegar más de lo normal y la Policía Estatal y la Guardia Nacional brillaron por su ausencia.
De no haber sido por otros automovilistas que brindaron auxilio al conductor, éste habría perdido la vida ahí mismo. En el hospital se debate entre la vida y la muerte.
En la segunda quince de febrero pasado, delincuentes intentaron asaltar un autobús ADO, le lanzaron piedras rompiendo cristales y causando terror entre los usuarios, el conductor no se detuvo y evitó el atraco; días después el personal de la caseta de cobro de Payuca, fue asaltado por sujetos armados, llevándose el dinero de las cajas.
Cuando el gobierno del estado asegura que “la delincuencia no se apoderará de ninguna región”, los ciudadanos de la Sierra Nororiental no saben si reír o llorar.
Para ellos, el combate frontal a la delincuencia es sólo en el discurso. Un mal chiste, pues.
Acaso las autoridades esperan que ocurran hechos lamentables como en Atlixco, Acatzingo o Ciudad Serdán para, entonces sí, hacer un despliegue de las fuerzas del orden y simular que actúan.
Qué espera el secretario de Seguridad Pública, Daniel Iván Cruz Luna, para tomar cartas en el asunto. ¿Sigue en su curva de aprendizaje?
El clima de inseguridad ya tiene un impacto negativo en el desarrollo económico de toda la región, de ahí el grito desesperado de alcaldes, empresarios y ciudadanos.
Sin embargo, desde Casa Aguayo ni los ven ni los oyen.
Gobernar un estado desde la oficina tiene implicaciones con altos costos sociales y políticos. @DiarioReporter